El documento final sintetiza los principales ejes discutidos durante la Cumbre de los Pueblos, entre el 15 y 22 de junio en Río de Janeiro.
Allí se señala que las corporaciones secuestran los bienes comunes "para salvar al sistema económico-financiero". Por ese motivo, las organizaciones reunidas en Río manifestaron el "desafío urgente de frenar una nueva fase de recomposición del capitalismo y de construir nuevos paradigmas de sociedad".
Según indica la declaración de la Cumbre de los Pueblos, "las instituciones financieras multilaterales, las coaliciones al servicio del sistema financiero, como el G8 y el G20, la captura corporativa de Naciones Unidas y la mayoría de gobiernos demostraron su irresponsabilidad con el futuro de la humanidad y promovieron los intereses de las corporaciones en la Conferencia oficial" de Río + 20.
La Cumbre señaló que la "deuda ambiental histórica debe ser asumida por los países altamente industrializados que provocaron las múltiples crisis que se viven".
También se indicó que la llamada "economía verde es una de las expresiones actuales de la fase financiera del capitalismo".
Desde la Cumbre se propuso "la defensa de los espacios públicos de las ciudades, con gestión democrática y participación popular, la economía cooperativa y solidaria, la soberanía alimentaria, el cambio de la matriz energética y un nuevo paradigma de producción, distribución y consumo".
Además, se afirmó al "feminismo como instrumento de construcción de igualdad, la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos y sexualidad, y el derecho a una vida libre de violencia".
Por último, el texto reafirmó "la urgencia de una distribución de la riqueza y la renta, el combate al racismo y al etnocidio, la garantía del derecho a la tierra y al territorio, el derecho a la ciudad, al medio ambiente y al agua, la educación, la cultura, la libertad de expresión y la democratización de los medios de comunicación".(PÚLSAR)
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