Jean-Pierre Mercier, delegado de la Confederación General del Trabajo (CGT) en la planta de Aulnay-sous-Bois, cercana a esta capital, calificó como un escándalo que la multimillonaria firma se disponga a clausurar instalaciones.
El cierre de ese lugar dejaría cesantes a más de tres mil empleados, denunciaron los dirigentes gremiales, quienes también expresaron su preocupación por la fábrica de La Janais, cerca de Rennes, donde ya se aplican medidas de paro parcial.
Otros lugares en riesgo son los de Valenciennes y Sevelnord, en el departamento de Norte, así como la filial francesa de General Motors, aliada a PSA, en Estrasburgo.
La dirección del consorcio ha desmentido estos planes, pero se niega a dar una garantía por escrito a los trabajadores de que sus puestos serán respetados.
Este jueves se realizó una reunión de la dirección del grupo, durante la cual -según la CGT- se discutieron proyectos para reducir las instalaciones en Europa y hacer economías suplementarias durante 2012.
Las nuevas políticas serían anunciadas en un consejo extraordinario que debe celebrarse en los próximos días.
Representantes de las principales agrupaciones sindicales señalaron que apelarán al derecho de huelga para defender las fuentes de ingresos de los obreros.
El gobierno de François Hollande convocó a un encuentro nacional con todos los actores sociales para la primera quincena de julio a fin de discutir los principales problemas del país, entre los cuales el desempleo ocupa un lugar prioritario.
Durante mayo el índice de paro subió en Francia en 1,2 por ciento y afecta a dos millones 922 mil personas en edad laboral.
Fuente: Prensa Latina.
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