Tienen alrededor de 16 años y sus fotografías están a la
venta en 14 países. Más de un fotógrafo profesional podría sentir
envidia. Para 35 jóvenes de Perú e India la fotografía se ha convertido
en un oficio y en esperanza de un futuro mejor. Sus imágenes son
comercializadas por la organización holandesa Fair Mail.
Dhiraj está de viaje y ha hecho muchas fotos. Esta vez no en India
sino en Europa Occidental, en una gira de promoción de Fair Mail.
Janneke Schreuders y Peter den Hond fundaron esta organización, primero
en Perú, luego en India. Dhiraj, de casi 20 años y nacido en la ciudad
de Varanasi, trabaja con ellos desde 2009.
Fair Mail vende tarjetas con fotos. En el sitio web de la organización
se pueden ver trabajos de Dhiraj: fiestas, textos de buenos deseos de
cumpleaños o de recuperación después de una enfermedad, una novia india
con adornos tradicionales, tres niños riendo en un autobús, dos
piececitos de bebé en las manos de una madre. Fotos evidentemente
tomadas en India, atractivas para los occidentales.
Estudiar
Dhiraj trabaja en la oficina de Fair Mail. Después del verano espera
comenzar a estudiar Ciencias Políticas. Su sueño es llegar a ocupar un
alto cargo en la policía. Con sus fotos ha ganado hasta ahora 2.050
euros, tal como aparece en la página web de la organización. Este dinero
se destina a estudios, vivienda y servicio médico.
‘Sin Fair Mail todo habría sido muy difícil’, dice Dhiraj desde
Alemania. ‘Antes tenía un modesto empleo y apenas me quedaba tiempo para
la escuela y los deberes’. Dhiraj fue uno de los jóvenes de escasos
recursos que recibió capacitación para comenzar a hacer fotografías.
Trabaja 3 días a la semana, 3 horas por día, para Fair Mail.
Vertedero de basura
La pareja formada por Janneke Schreurs y Peter den Hond tuvo durante un
año un pequeño restaurante en Perú, vecino a una casa de acogida para
menores que trabajaban en el vertedero de basura local.
Un día se les ocurrió la idea de darles un curso de fotografía. ‘Se lo
pasaban muy bien con la cámara y aprendieron rápidamente a hacer buenas
fotos’, dice Janneke. Luego decidieron imprimir las fotos en tarjetas y
ponerlas a la venta, con las señas y un retrato del autor en el reverso.
Reglas estrictas
Schreurs y Den Hond desarrollaron la idea y su plan de empresa recibió
un premio de 12 mil euros, que les permitió iniciar Fair Mail. En
escuelas y organizaciones de ayuda fueron seleccionando a los chicos y
chicas más motivados. Las reglas son muy estrictas: si no asisten 3
veces sin dar explicaciones, se termina su contrato.
Los chicos comienzan casi siempre a los 14 años y el trabajo termina
cuando cumplen 19. Tal como sucedió con Dhiraj, en ese momento ya han
ganado para su educación, vivienda y seguro médico. La suma conseguida
depende de la venta de sus fotografías.
Las cuentas de los menores son administradas por Fair Mail y para ocupar
parte de su dinero deben dar una buena razón, además de entregar las
boletas de lo adquirido. Después de sus 19 años las fotos permanecen en
la web de la organización y pueden seguir ganando con ellas.
Orgullo paterno
Para Dhiraj, Fair Mail no solamente significó poder terminar la
secundaria y seguir adelante con su educación. ‘Aprendí muchísimas
cosas, por ejemplo a usar un computador. Ahora puedo ayudar a otros.
También viajé por India haciendo fotos. Antes no había salido de mi
ciudad. Y mi padre está orgulloso de mí, porque me he ganado mi dinero’,
dice el sencillo joven indio.
Para estos menores y sus familias Fair Mail ha creado además un
centro de atención médica. Sus padres y hermanos se beneficiarán sin
duda de su desarrollo profesional. El futuro de un joven miembro de la
familia es de importancia para todos. Fair Mail espera comenzar a
trabajar en Marruecos a fines de 2012.
Fuente: Radio Nederland.
martes, 26 de junio de 2012
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