Buenos Aires (PL) Ciento ochenta años después que la Armada Real
Británica usurpara las Islas Malvinas quebrando la integridad
territorial argentina, la solución de la controversia por la soberanía
sobre esos territorios pone a prueba la justicia de todo el sistema
internacional.
Tal fue la percepción manifestada por el canciller Héctor Timerman
durante la visita realizada esta semana a Londres para reunirse con
parlamentarios británicos y con 18 grupos europeos que abogan por el
diálogo entre Argentina y el Reino Unido como vía de solución pacífica y
definitiva del diferendo.
El de Malvinas, explicó Timerman, no
es un caso más de colonialismo, sino una situación que pone a prueba la
justicia de todo el sistema internacional, pues es inaceptable que por
su poderío militar o por formar parte del club de las grandes potencias
algunos Estados hagan caso omiso de las resoluciones de Naciones Unidas.
La valoración aludía de ese modo al hecho que aún cuando desde 1965 a
esta parte la ONU aprobara más 40 dictámenes que demandan restablecer el
diálogo entre Buenos Aires y Londres, este último hace caso omiso del
mandato de la comunidad internacional.
A ello debe añadirse que
pese al explícito rechazo expuesto en 1985 por el máximo organismo
mundial a la aplicación, en el caso de las Malvinas, del derecho de
autodeterminación, el gobierno británico se escuda precisamente en este
principio para convocar un referendo entre los isleños.
La
consulta, prevista para marzo próximo y en la cual se consultará a los
"kelpers" si desea que las islas conserven su estatus político actual
como un Territorio de Ultramar del Reino Unido, "no tiene ningún valor
legal", sostuvo Timerman, quien estimó que la acción "tiene el espíritu
de hacer una campaña publicitaria".
Quienes deseamos un mundo
más justo, donde el derecho se imponga a la prepotencia militar,
redoblemos esfuerzos para que el Reino Unido reanude negociaciones,
insistió el canciller.
ANTES DE LONDRES
El viaje del
ministro argentino de Exteriores a Londres estuvo precedido por la
publicación de una carta de éste dirigida a su par británico, William
Hague, quien condicionó la posible realización de un encuentro a la
participación en él de una representación de los colonos ingleses.
Las Naciones Unidas, recordó la misiva, solo reconoce al Reino Unido y
Argentina como parte de la disputa por la soberanía de las Islas
Malvinas, por lo tanto incluir una tercera parte no sería correcto.
"Cualquier otra forma de proceder -sostuvo Timerman ya en Londres-
sería avalar un acto de usurpación y aceptar que los habitantes de las
islas se transformen en árbitros de una disputa territorial de la cual
su propio país es parte".
El prolongado diferendo territorial
entre Argentina y Gran Bretaña se vio agudizado el pasado año por la
creciente actividad militar desplegada por la potencia europea en las
Malvinas y sus mares circundantes, así como por el fomento de
actividades ilegales de exploración y explotación de los recursos
naturales existentes allí.
Casi a fines de 2012, además, el
Reino Unido agregó un nuevo ingrediente a la discordia al resolver
bautizar con el nombre de Tierra de la Reina Isabel un área de la
Antártida de unos 437 mil kilómetros cuadrados perteneciente a la
Argentina, pero que los británicos se adjudican por la posesión ilegal
que ejercen sobre las Malvinas.
En enero último, por añadidura,
el Gobierno argentino se vio obligado a repudiar las amenazas
militaristas del primer ministro británico, David Cameron, quien aseguró
que Londres estaría dispuesto a luchar si fuera necesario para
conservar las Malvinas.
La agresividad de las palabras de
Cameron ratifican la denuncia realizada por Argentina ante las Naciones
Unidas sobre la militarización del Atlántico Sur y la posible presencia
de armas nucleares introducidas por la potencia colonial, subrayó
entonces la cancillería local en un comunicado.
En declaraciones
al canal de televisión BBC1, Cameron se vanaglorió además de tener
"importantes medios de defensa" y consideró "absolutamente primordial"
mantener aviones de caza y tropas estacionados en el territorio en
disputa.
Al respecto, la nota instó a Cameron a no utilizar "los
legítimos y pacíficos reclamos" argentinos contra la usurpación de
parte de su territorio y en contra del colonialismo como excusa para
seguir sosteniendo la industria armamentista, en lugar de paliar la
severa crisis social que afecta a Europa.
* Corresponsal de Prensa Latina en Argentina
sábado, 9 de febrero de 2013
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