Hoy 16 de septiembre se cumplen 5 años de la partida del Maestro
Silo. A modo de homenaje hago publica la carta que envié a la presidenta
Cristina Fernandez de Kirchner
en el año 2011, no obstante que este pedido aún no ha sido resuelto,
dejando la puerta abierta a que se resuelva favorablemente antes de que
la Presidenta concluya su mandato, y lejos de atribuir la falta de
respuesta a desinterés o desatención, lo considero un indicador más de
que sigue sin comprenderse el alcance y la magnitud de la obra escrita
por Silo y de las acciones producidas en su consecuencia, en todo el
mundo.
Buenos Aires, Octubre de 2011
Señora Presidenta:
En ocasión de inaugurar el Salón de los Pensadores y Escritores
Argentinos en Casa de Gobierno el 15 de setiembre de 2010, Usted hacía
referencia a “los hombres y mujeres que forman parte del patrimonio
histórico cultural y político del país”, afirmando que “todos estos
hombres están aquí porque se caracterizaron por generar pensamiento
propio, ideas y confrontarlas con el otro”.
Al escuchar sus palabras sentí que en ese justo homenaje a los
pensadores argentinos había, por lo menos una ausencia, la de Silo.
Sí, Silo es todo eso.
Un día después de ese acontecimiento, el 16 de setiembre de 2010 Silo
partía. El Maestro, el Guía espiritual, el entrañable amigo de miles de
humanistas en todo el mundo partía hacia otro tiempo y otro espacio del
que tanto nos había hablado. Con esa certeza de experiencia, según él
decía, de que la muerte no detiene el futuro porque la vida tiene un
Sentido.
Este hecho conmocionante reforzó nuestro compromiso de dar
continuidad a su obra a la par que poner todo nuestra fuerza en llevar
al mundo con todo vigor la difusión de su Mensaje tantas veces
silenciado sobre todo en su país, nuestro país, que lo vio nacer y
morir.
Sus planteos sobre la trascendencia y la grandeza de la existencia
humana fueron el alimento en que abrevaron nuestro estudio,
investigación y práctica por más de cuarenta años.
Con ello abrió las puertas de todos aquellos que se animaron a entrar
en sus escritos superando las barreras de la deformación, la
desinformación y la injuria brutal e ignorante.
En tantos años nunca se escuchó una crítica hecha de la lectura y
estudio de su obra. Solo prejuicio derivado de la mala fe, de espíritus
represores que imponen creencias decadentes como verdades inmutables y
absolutas. Para ellos Silo era la piedra en el zapato.
Es bueno recordar que en tiempos en que la metodología de la
violencia era justificada por todos los bandos sea para mantener el
orden establecido o para transformarlo, Silo enarbolaba las banderas de
paz y no-violencia advirtiendo que en cualquier circunstancia la
violencia siempre engendraría más violencia.
Silo fue un pensador que basó su doctrina y enseñanza en la
afirmación de que “si todo termina con la muerte la vida no tiene
sentido” .
Y fue justamente esa rebelión contra el hecho absurdo de la muerte la
que alimentó el desarrollo de un pensamiento donde la convivencia en
perfecta estructura de lo personal y lo social, conciencia y mundo, el
adentro y el afuera, el ser y el no ser, se plasmó en un mensaje que
hace libre y feliz al ser humano.
Quizás lo más significativo del proceso político desarrollado en
Argentina a partir del 2003 ha sido el rescate de la identidad, de
nuestra identidad.
Esto ha significado, entre otras cosas, desalinearse de una cultura
foránea que fue importada en décadas anteriores junto a un “paquete
neoliberal”. Una cultura ajena, extraña a nuestros valores, a nuestras
tradiciones, a nuestro “sentir”.
El enfrentamiento, el duro e “incivilizado” enfrentamiento con la
barbarie durante estos años, fue dejando al descubierto ese sentir y nos
empezamos a mirar entre nosotros de un modo nuevo, a reconocernos y
darnos cuenta que el otro estaba ahí, habitante de nuestra tierra,
auténtico, con su cultura, intentando convivir sin imponer, imbricándose
en un entramado donde hay lugar para todos.
Sra. Presidenta, buena parte de esa identidad cultural recuperada, ha
tenido que ver con el reconocimiento que ha hecho su gobierno de
hombres, mujeres y acontecimientos que fueron “ocultados” por la
historia, cuando no descalificados falseando la realidad.
Así, en los salones de la casa de Gobierno, como testimonio de una
política inclusiva también de nuestra verdadera historia y de los
hacedores de esa historia, ha destinado espacios para el reconocimiento
de próceres latinoamericanos, mujeres destacadas por su valor, fortaleza
y entrega y pensadores argentinos.
El pensamiento de Silo ha marcado la vida de varias generaciones en todo el mundo.
Su influencia ha llegado a todos los rincones de la tierra y su obra
de la mano de miles de humanistas en todo el mundo sigue aportando a la
paz y la no-violencia, como parte de un mensaje abarcativo de toda la
existencia humana que propicia la superación del dolor y el sufrimiento.
El 15 de setiembre se cumplen dos años de la inauguración de este
elogiable y meritorio Salón, ícono de la lucha por la memoria y la
identidad, el 16 de setiembre se cumplen dos años de la partida de Silo
notable pensador argentino fundador de la corriente de pensamiento
conocida como Nuevo Humanismo o Humanismo Universalista.
Aspirar a que Silo sea incluido entre los destacados pensadores que
integran ese espacio, se nos presenta como un acto de justicia pero
sobre todo de coherencia para con quien ha sido inspiración de miles de
argentinos que soñamos y trabajamos diariamente por un mundo mejor, por
una Argentina mas justa y mas solidaria y que nos sentimos parte de este
proceso de transformación que estamos viviendo.
Es por todo esto que solicito considere incluir la figura de Silo en
el Salón de pensadores Argentinos, como reconocimiento a su obra.
Le envío un fraternal saludo.
Autor: Lía Méndez
Fuente: Pressenza
miércoles, 16 de septiembre de 2015
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