por Alejandro Romero
Eli vive en Malvinas Argentinas, una localidad que lucha para que
Monsanto no instale allí la planta de tratamiento de semillas más grande
del mundo. Más de 200 silos gigantes de semillas que serán impregnadas
con venenos muy tóxicos.
Eli todos los años prepara su quintita con las verduras que va a
consumir, pero el último tiempo dejaron de crecerles. No entendía que
estaba pasando. Comienza a sentirse mal, se enferma, se siente débil,
somnolienta y con dolor de huesos como si fuera gripe. Hace una visita
al médico y no le encuentran nada. Sin embargo, cada día empeora un poco
más. Deciden hacerle estudios más complejos y detectan una gran
cantidad de agrotóxicos en sangre. Confundida por los resultados, trata
de ver el origen del problema y lo encuentra en un lugar que jamás
hubiera imaginado. Su vecino, se encarga de recolectar bidones de
agrotóxicos (glifosato) para cortarlos, compactarlos y venderlos para el
circuito de reciclado. Éste solo proceso más el acopio del material,
afectó a Eli de manera irreversible (Enfisema pulmonar entre otras
cosas) y al ser glifosato el residuo de los envases, sus hortalizas
murieron por efecto de este herbicida.
La mujer le comunica al intendente Arzani este emprendimiento sin
ningún tipo de controles, pero el funcionario no hace nada. Pasa que los
Arzani tienen campos con soja y utilizan estos tóxicos. En Argentina se
contabilizaron durante el año 2012, más de 340 millones de litros de
agrotóxicos. Son aproximadamente 17 millones de bidones de 20 litros de
glifosato y otros químicos venenosos ¿Usted alguna vez vio un bidón de
estos tóxicos?. En los últimos 10 años se usaron más de 170 millones
¿Dónde están si tardan 500 años en degradarse? La ley prevé un
tratamiento especial de estos recipientes mortales. Prohíbe su reutilización
y exigen un triple lavado aunque no precisa el destino de esa agua
residual, ni del acopio de los bidones. Pero la ley no se cumple y la
secretaría de ambiente bien gracias ¿Pusieron al lobo a cuidar las
ovejas?
La abogada Graciela Gómez denunciante del uso indebido de
agrotóxicos, asegura que más del 30% de estos envases ingresa al
circuito de reciclado de plásticos cuyo destino son bolsas de residuos y
de supermercados. Al no existir controles de ningún tipo, se sospecha
que también se fabrican con estos plásticos, tanques de agua, cajas para
instalaciones eléctricas, y componentes de empaques entre otras cosas.
Ya no se sabe que plásticos contienen residuos de estos bidones
asesinos. ¿De qué están hechos los envases de gaseosas recicladas o
aceites o…? Al no existir control, esos plásticos pueden ser usados para
cualquier cosa que se fabrique con este sistema.
Si usted se enferma, jamás sospechará que pudo ser generada por
venenos en plásticos reciclados. El Profesor Raúl Montenegro ingresó una
denuncia judicial pretendiendo que la justicia castigue a los
irresponsables que reciclan estos bidones, a los productores que los
dejan tirados y a los funcionarios que miran para otro lado incumpliendo
con sus responsabilidades. Al fin y al cabo estos cargos fueron creados
para controlar pero… de eso no hay evidencia cierta.
*Agrotóxicos
Los plaguicidas están diseñados para destruir determinados
organismos vivos, siendo muchas veces no selectivos al cumplir su
función, pudiendo ocasionar efectos no deseados en otros seres vivos,
incluyendo al ser humano. Pueden contaminar aire, agua, alimentos,
suelo.
La exposición a agrotóxicos puede causar irritación, dermatitis,
cambios de coloración de piel, quemaduras, náuseas, vómitos, diarrea,
irritación, polipnea, edema pulmonar, arritmias, falla cardíaca, edema
pulmonar, mareos, alteraciones de estado de conciencia.
Los síntomas de intoxicación por plaguicidas pueden ser
confundidos con resfriados, gripes o alergias. Pueden aparecer horas,
días o, muy rara vez, semanas después de la exposición. Cuando hay
intoxicación por plaguicidas organofosforados la pupila del ojo se
achica.
Fuente: Pressenza
lunes, 21 de enero de 2013
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