El Museo Reina Sofía propone con la exhibición de la Colección Patricia Phelps de Cisneros (CPPC),
una relectura de la modernidad a través de 200 obras de los artistas
latinoamericanos que se dedicaron a la abstracción geométrica,
emprendiendo búsquedas radicales que transformaron el arte en sus
diferentes países.
"La invención concreta", que inaugurará mañana la reina Sofía de España,
es la primera exposición que se organiza en Europa y la más extensa de
las realizada hasta la fecha de esta importante colección, informa la
agencia Efe.
Alrededor de doscientas obras entre pintura, escultura, instalación,
collage y obra gráfica, forman un recorrido en el que se da a conocer un
periodo clave de la modernidad latinoamericana, desde los años treinta
hasta la década de los setenta.
Patricia Phelps de Cisneros explicó hoy durante la presentación que el
primer cuadro que compró, hace ya treinta años, fue uno del español
Manuel Rivera "que tenía todos los aspectos que caracterizan las obras"
que después ha coleccionado.
Phelps mostró su felicidad por esta exposición y recordó que "el creer
en Latinoamérica", en su cultura, le llevó a iniciar una colección que
tiene sede en Nueva York y Caracas, que ha viajado por Sudamérica y
Estados Unidos y que ahora llega a Europa de la mano del Reina Sofía,
donde se muestra algún artista desconocido "como es el caso de Willys de
Castro, una gran sorpresa".
En junio de 1946, un grupo de jóvenes formaron en Buenos Aires la
Asociación de Arte Concreto-Invención, movimiento que se convirtió en
uno de los actores más importantes para el desarrollo del arte abstracto
en Sudamérica. Según ellos "la batalla librada por el arte llamado
abstracto es, en el fondo, la batalla por la invención concreta".
Estos artistas, en opinión de Gabriel Pérez-Barreiro, director de la
CPPC y curador de la exposición junto al director del Reina Sofía,
Manuel Borja-Villel, tenían la convicción de que estaban haciendo algo
que se encontraba más allá del arte tal y como se había definido hasta
entonces algo que era el resultado de una acción, no la creación de una
cosa.
"La idea de un arte autosuficiente, un arte que comunica por sí solo sus
intenciones al espectador, es a la vez de una de las grandes
aportaciones y uno de los grandes mitos de la modernidad", según
Pérez-Barreiro.
En su opinión, para muchos artistas latinoamericanos de mediados de
siglo, y para muchos europeos y estadounidenses, el arte abstracto
representaba la oportunidad de comenzar de nuevo, de dejar atrás el
pasado y entregarse a un futuro democrático y positivista.
Las obras se han agrupado, en once salas, según las afinidades de sus
autores, en las que se desarrolla la idea de hasta qué punto la
geometría se cargó de diferentes significados dependiendo de los
postulados de sus autores.
"Physichromie 500" de Carlos Cruz-Díez; el universalismo constructivo de
Joaquín Torres-García; el vocabulario formal de Geraldo de Barros para
crear efectos ópticos dinámicos y los cuestionamientos de la obra de
arte de Helio Oiticica y Lygia Clark ocupan, entre otros, el primer
espacio.
El apartado "Diálogo" trata el arte como una herramienta de comunicación
interpersonal, con piezas de Lygia Clark, Helio Oiticica, Lygia Pape o
Gyula Kosice.
Tras la escultura de nylon de Jesús Soto Cubo, se profundiza en la idea
de que geometría y matemática son sistemas con un significado inherente,
con Piet Mondrian, Josef Albers, Tomás Maldonado, J. Melé o Juan
Alberto Molenberg.
Geco, al que se dedica una sala monográfica, Helio Oiticia, Lygia Clark,
Lygia Pape, Luiz Sacilotto o Franz Weissmann son autores de piezas que
generan situaciones de ilusión visual e inestabilidad óptica, mientras
que en los trabajos de Carlos Cruz-Díez, Jesús Soto o Pol Bury, se crean
vibraciones ópticas virtuales.
Fuente: Télam
martes, 22 de enero de 2013
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