domingo, 20 de mayo de 2012

PELÍCULA ARGENTINA “UNA INFANCIA CLANDESTINA” CONMUEVE CANNES.

El filme argentino Una infancia clandestina, de Benjamín Ávila, que narra la historia de una familia que se enfrenta al régimen de la dictadura; conmovió este domingo al público del Festival de Cine de Cannes, provocando lágrimas en algunos de los presentes.

Una infancia clandestina, la película del argentino Benjamín Ávila que relata la historia de una familia que se enfrenta a la dictadura en la década de los 70, causó conmoción este domingo en el Festival de Cannes.
El film, que según su director está basada en su propia historia y en una catarsis sobre la vivencias de su familia, hizo que muchos de los presentes desbordaran lágrimas por la delicadeza y el humor que presenta.
La obra trata de la vida cotidiana de una familia que debe vivir bajo una falsa identidad en Buenos Aires, luego de pasar 12 años exiliado en Cuba, mientras preparan acciones militares contra el régimen. El miedo se mezcla con el amor y el humor.
En su escuela Juan (protagonista) se llamará "Ernesto" -en homenaje al Che Guevara- y deberá decir que es de la provincia de Córdoba para disimular su acento cubano. A veces, cuando hay señales de que su casa puede ser allanada por los militares, debe correr a esconderse en un sótano con su hermana Vicky, un bebé de pocos meses.
Ernesto vive una historia de amor con una compañera de escuela que equilibra, en la ficción, la fuerte tensión que reina en su casa con las reuniones de militantes y las armas escondidas.
El director indicó a los medios que si bien la película “no es estrictamente autobiográfica”, se intentó que “la historia hablara por sí sola".
Según diversos cinéfilos citados en medios locales argentinos, la escena más fuerte del film es el enfrentamiento entre la madre de Juan, interpretada por  Natalia Oreiro, y su abuela ( Cristina Banegas), quien presa de miedo por el riesgo que corren todos les pide que le dejen a sus nietos y se vayan de Argentina.
Una espectadora en llanto preguntó a Benjamín Ávila, tras la proyección, si no consideraba que la generación de sus padres había sacrificado a sus niños por sus ideales revolucionarios.
"La vida no es blanco y negro, es más complicada. Hay que aprender a verla de manera más justa. Lo más importante es saber que los sacrificios hechos en esas revoluciones que no triunfaron nos demuestran que las ideas no se matan, que sobreviven a pesar de todo", declaró el realizador, también conmocionado.
Actualmente una infancia clandestina concursa por la Cámara de Oro en la sección “Quincena de Realizadores" del Festival de Cannes.
Fuente: teleSUR

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