por Amy Goodman (foto)
Los veteranos de guerra de las ocupaciones de Irak y Afganistán ahora luchan contra la ocupación de la ciudad de Chicago.
"Porque cada día en este país, 18 veteranos de guerra se suicidan", es
una de las razones por las que marcharán para devolver sus medallas de
combate, hasta el custodiado centro de convenciones de Chicago en donde
se desarrollará una reunión de la OTAN.
Pressenza, Nueva York. Esta semana, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)
realiza la reunión más importante en sus 63 años de historia. Habrá
manifestaciones y actos en contra de la cumbre, que deberán enfrentarse a
una fuerte presencia policial y militar. El Departamento de Seguridad
Nacional declaró a la cumbre de la OTAN, que durará dos días, un
“Acontecimiento de Seguridad Nacional Especial” y le otorgó facultades
al Servicio Secreto de Estados Unidos para que controle gran parte del
centro de Chicago y para que emplee una autoridad sin precedentes para
reprimir el derecho de la población a disentir, consagrado en la
Constitución.
El tema central de la cumbre será Afganistán. La “Operación Libertad
Duradera”, la denominación que el gobierno de Bush le dio a la guerra de
Afganistán y que aún es utilizada por el gobierno de Obama, es
oficialmente una operación de la OTAN. Mientras los generales y
burócratas de los más poderosos gobiernos del mundo se preparan para
reunirse en Chicago, el número de soldados de la OTAN muertos en
Afganistán desde 2001 supera los 3.000. El Teniente Primero Alejo R.
Thompson, de Yuma, Arizona, fue asesinado el 11 de mayo de este año.
Tenía 30 años de edad. Se unió a las fuerzas armadas en el año 2000 y
combatió en Irak y Afganistán. Poco después de su muerte, Associated
Press informó que está previsto que le entreguen a Thompson, en forma
póstuma, la condecoración Corazón Púpura y que también es candidato a
recibir una “estrella de bronce”. El miércoles, el Presidente Barack
Obama otorgó, también en forma póstuma, la Medalla de Honor a Leslie H.
Sabo Jr., que murió en combate en Camboya en 1970.
Mientras que el presidente y el Pentágono entregan condecoraciones
póstumas, un grupo de veteranos de las guerras de Irak y Afganistán
marcharán, en formación militar, al centro de convenciones McCormick
Place en Chicago para devolver sus medallas de combate. Aaron Hughes
dejó la Universidad de Illinois en 2003 para unirse a las fuerzas
armadas y fue enviado a Irak y a Kuwait. Desempeñó funciones en la
Guardia Nacional de Illinois de 2000 a 2006. Desde que abandonó el
servicio militar, Hughes se ha convertido en coordinador del grupo
Veteranos de Irak contra la guerra (IVAW, por sus siglas en inglés). Me
contó por qué devolverá sus medallas: “Porque cada día en este país, 18
veteranos de guerra se suicidan. Un 17 por ciento de las personas que
están en combate en Afganistán, mis hermanos y hermanas, están tomando
medicamentos psicotrópicos. Entre un 20 y un 50 por ciento de las
personas que son enviadas a combatir a Afganistán ya fueron
diagnosticadas con trastorno por estrés postraumático, traumas sexuales o
lesiones cerebrales traumáticas. Actualmente, una tercera parte de las
mujeres de las fuerzas armadas son abusadas sexualmente”.
La “Operación Recuperación”, una campaña lanzada por IVAW, pretende
lograr mayor apoyo para los veteranos de guerra y poner fin al reenvío
de soldados traumatizados a zonas de combate. Aaron Hughes explicó: “La
gente pasa años estudiando acerca de la democracia, estudiando ciencia
política y las diferentes culturas para tener mayor conciencia. Nosotros
pasamos nueve semanas aprendiendo cómo matar gente y esa es la
realidad. Eso es lo que nos piden y para lo que nos entrenan. Hay una
desconexión moral, una verdadera desconexión moral entre la idea de que
nuestras fuerzas armadas pueden construir una democracia y la idea de
que nuestras fuerzas armadas son entrenadas y diseñadas para controlar,
dominar y matar gente. Y es realmente atroz que cuando nuestros hermanos
y hermanas regresan de la guerra y piden ayuda, el único tipo de ayuda
que reciben es una serie de medicamentos como trazodona, Seroquel,
Klonopin, que son prácticamente paralizantes, no les permiten conducirse
en forma normal. Y esos son los procedimientos de funcionamiento
habitual. Los soldados son enviados de vuelta a combatir y a realizar
operaciones militares con esta medicación”.
Bernardine Dohrn, otra veterana, pero del movimiento contra la guerra
en la década del 60, actual catedrática de derecho de la Universidad
Northwestern y militante de trayectoria de Chicago, también saldrá a las
calles a protestar. Dice que la OTAN es el “brazo militarizado del 1
por ciento del mundo” y critica al Alcalde de Chicago y ex jefe de
Gabinete de Obama, Rahm Emanuel, por haber destinado fondos a la cumbre
en forma indebida: “Utilizan nuestros recursos, una gran cantidad de
dinero y recursos, y de pronto no hay dinero para las clínicas
comunitarias de salud mental. No tenemos dinero para las bibliotecas
públicas ni para las escuelas. No tenemos dinero para el transporte
público. Sin embargo, de algún modo tenemos los millones de dólares que
se necesitan, o el alcalde accedió a ese dinero, para realizar este
evento aquí en la ciudad de Chicago”.
Occupy Chicago, que forma parte del movimiento Occupy Wall Street, ha
centrado su atención en las manifestaciones contra la OTAN. El
despliegue policial sin precedentes incluirá, además de a la policía de
Chicago, al Servicio Secreto, agentes federales, la Guardia Nacional de
Illinois y quizá también amplia vigilancia e infiltración de los
movimientos sociales. Los documentos obtenidos por la organización
militante legal Partnership for Civil Justice (Asociación por la
Justicia Civil) a través de un pedido de información en virtud de la ley
de libertad de información, señalan lo que el grupo denomina “una gran
red de inteligencia que incluye centros de análisis de información
saturados de financiamiento especial contra el terrorismo, que moviliza a
miles de oficiales y agentes locales y federales que investigan y
vigilan el movimiento por la justicia social”. Partnership for Civil
Justice afirma que los documentos claramente contradicen las
afirmaciones del Departamento de Seguridad Nacional de que nunca hubo
una coordinación federal centralizada de la represión al movimiento
Occupy Wall Street.
Aaron Hughes y los demás veteranos de guerra entienden de qué se
trata la seguridad armada, ellos mismos la proporcionaron en el pasado.
El veterano Hughes me dijo cuál el mensaje que llevará a las fuerzas
armadas y a la policía que serán desplegadas en Chicago: “No defiendan
al 1 por ciento del mundo. No defiendan los intereses de estos generales
que maltratan a otros oficiales y luego hablan de construir democracia y
promover la libertad”.
Fuente: Democracy Now!
sábado, 19 de mayo de 2012
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