miércoles, 23 de mayo de 2012

BIBLIOTECA FAVELA BUSCA SUPERAR LA VIOLENCIA A TRAVÉS DEL AMOR A LA LECTURA.

Aunque Otávio Júnior afirma que es muy difícil cambiar la dinámica que se vive en las favelas, su deseo por ayudar a través de los libros a superar la violencia y la falta de perspectivas persiste. 

Pese a la violencia generada por bandas armadas que controlan las favelas en Brasil, un joven del Complejo del Alemán en Río de Janeiro (sureste brasileño) decidió donar a los niños de su barrio libros y no armas, al construir una biblioteca con más de seis mil ejemplares.
Otávio Júnior, de 28 años de edad, construyó la biblioteca con los frutos de su trabajo, con la ayuda de varias ONG y de imprentas locales, así como del dinero de un concurso de televisión en el que el joven participó.
Su amor por la lectura empezó entre toneladas de basuras amontonadas en el morro del Caracol, una de las favelas del Complejo del Alemán. Allí encontró un día, a sus ocho años de edad, una caja de juguetes de la que sólo pudo rescatar, antes de que se la arrebataran de las manos, un libro: Don Gatón.
Ese mismo día lo leyó a la luz de las velas, se fue a la cama abrazando al cuento y se enamoró para siempre de la literatura. Otávio soñó con que otros niños sintieran también esa pasión. Un sueño que, poco a poco, se está haciendo realidad, como cuenta en su primer libro, Biblioteca Favela, que ha presentado en España.
Después de una semana con Don Gatón como compañero inseparable, empezó a pedir libros prestados a sus vecinos. Consiguió la dirección de algunos escritores a los que fue a visitar y comenzó a dar forma a su deseo de crear una biblioteca en la favela. "Estás loco", le decían todos. "No", respondía él. "Sólo estoy enamorado de los libros".
Tras abandonar una prometedora carrera como futbolista, hacer sus pinitos como grafitero, en el que firmaba como 'El desechos', apodo que le pusieron por rebuscar en los vertederos a la caza de nuevos libros, y después de ejercer como escritor y actor de teatro, se centró en su idea de acercar los libros a los niños del Complejo del Alemán, para entonces uno de los rincones más violentos de Río de Janeiro.
Su deseo, sin embargo, se vio opacado en un principio porque como él mismo lo afirma "los chicos estaban mucho más interesados en las armas y las ropas caras que llevaban los narcotraficantes (...) Los jefes de las bandas que controlaban el negocio de la droga eran los verdaderos héroes del barrio".
"Es muy difícil cambiar esa dinámica", reconoce Otávio, que tuvo varios problemas con la policía por cargar de un lado a otro una maleta llena de libros para hacer cuentacuentos en las escuelas y regalar algunos ejemplares.
A la violencia callejera hay que sumar, además, la violencia doméstica, un problema que él, como tantos otros compañeros de su escuela, sufrió en persona.
"Mi padre se volvió alcohólico y violento. Los días eran una pesadilla. La violencia doméstica es el principal motivo para que los niños busquen la calle y entonces son captados por los narcos para vender droga, que también consumen porque trabajan de madrugada y necesitan 'estar al loro'".
"Ya drogadictos, trabajan para poder pagarse la dosis. He perdido la cuenta de los chicos de mi adolescencia que están en la cárcel o muertos", cuenta con pena este brasileño, que se empeñó en cambiar las cosas.
Pese a este panorama, Otávio logró que los niños de la favela tuvieran su primer contacto literario, "quiero ayudar a través de los libros a superar la violencia y la falta de perspectivas", expresó.
Para Victor David López, de Ediciones Ambulantes que ha publicado la historia Biblioteca Favela, Otávio "es uno de esos tipos con agallas. Más aún en esta época en la que cuanto menos leas y menos sepas más manejable eres".
El Complejo del Alemán, donde viven unas 140 mil personas repartidas en 20 comunidades, fue una de las primeras favelas dominadas por el narcotráfico.
Fuente: teleSUR

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