jueves, 31 de mayo de 2012

Las enfermedades olvidadas.

Los países latinoamericanos logran abrir el debate en la Organización Mundial de la Salud sobre inversión en Investigación y Desarrollo para enfermedades olvidadas, más conocidas como enfermedades derivadas de la pobreza.

por Mara Landa
La propuesta fue avalada por otros países en desarrollo, y sólo Europa y Estados Unidos pusieron trabas al compromiso financiero. En la reunión anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebrada la pasada semana, América Latina presentó su propuesta sobre mecanismos de regulación y objetivos de la Investigación y Desarrollo (I+D) para enfermedades olvidadas. “Olvidadas por las leyes del mercado en el sentido de que son enfermedades para las cuales no existen herramientas nuevas desde hace años, como la leishmaniosis, dengue o la enfermedad de chagas”, explica Eric Stobbaerts, director oficina regional en América Latina de la organización independiente Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi).
Avalada por otros países en vías de desarrollo, la importancia de esta discusión es que se dedica atención a estas enfermedades, cuya investigación carece del incentivo natural del mercado, “para las cuales el sector farmacéutico no ha podido responder por las leyes normales, básicamente porque las poblaciones más pobres del mundo no tienen capacidad de compra”.
Estas enfermedades, cuya demanda y oferta no se regula por los mecanismos naturales del mercado, afectan a millones de personas en el planeta. En los últimos 25 años, sólo el 1% de los medicamentos aprobados en el mundo se destinó a estos males.
“Como resultado, tenemos no sólo medicamentos muy anticuados, sino también ausencia de diagnósticos y vacunas, y anualmente muchísimas muertes que podrían evitarse para esas enfermedades”, comenta Stobbaerts.

Los compromisos de la resolución
Dada la ausencia de este impulso natural de investigación, con su resolución los países latinoamericanos pedían, entre otras cosas, mantener la discusión sobre el tema en sucesivas reuniones de la Asamblea de la OMS en el 2013 y, como novedad, la obligatoriedad de destinar el 0,01% del PIB a I+D sobre estas enfermedades. Sin embargo, a efectos prácticos, queda mucho camino por recorrer.
“La verdad es que esta discusión lleva casi una década con varias propuestas e ideas circulando en la Asamblea Mundial de Salud, y lo positivo del texto que se ha aprobado en Ginebra es que deja la puerta abierta para que haya más negociaciones; lo negativo es que no se ha decido nada de concreto”, explica Stobbaerts.

Una negociación complicada
La propuesta presentada por los países latinoamericanos, especialmente, Brasil, Argentina y Bolivia, fue apoyada por Bangladesh o Kenia, cuya población se ve especialmente afectada por estas enfermedades. Sólo Europa y Estados Unidos pusieron trabas al compromiso financiero y la necesidad de seguir unas directrices. “Ahí vimos las polaridades habituales, o sea, países del Norte, de la Unión Europea, y Estados Unidos, mucho más conservadores y negociando con bastante duda en cuanto a la propuesta de los países del Sur”, concluye Eric Stobbaerts.
Fuente: Radio Nederland.

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