Los países latinoamericanos logran abrir el debate en la
Organización Mundial de la Salud sobre inversión en Investigación y
Desarrollo para enfermedades olvidadas, más conocidas como enfermedades
derivadas de la pobreza.
por Mara Landa
La propuesta fue avalada por otros países en desarrollo, y sólo
Europa y Estados Unidos pusieron trabas al compromiso financiero. En la
reunión anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebrada la
pasada semana, América Latina presentó su propuesta sobre mecanismos de
regulación y objetivos de la Investigación y Desarrollo (I+D) para
enfermedades olvidadas. “Olvidadas por las leyes del mercado en el
sentido de que son enfermedades para las cuales no existen herramientas
nuevas desde hace años, como la leishmaniosis, dengue o la enfermedad de
chagas”, explica Eric Stobbaerts, director oficina regional en América
Latina de la organización independiente Iniciativa de Medicamentos para
Enfermedades Olvidadas (DNDi).
Avalada por otros países en vías de desarrollo, la importancia de
esta discusión es que se dedica atención a estas enfermedades, cuya
investigación carece del incentivo natural del mercado, “para las cuales
el sector farmacéutico no ha podido responder por las leyes normales,
básicamente porque las poblaciones más pobres del mundo no tienen
capacidad de compra”.
Estas enfermedades, cuya demanda y oferta no se regula por los
mecanismos naturales del mercado, afectan a millones de personas en el
planeta. En los últimos 25 años, sólo el 1% de los medicamentos
aprobados en el mundo se destinó a estos males.
“Como resultado, tenemos no sólo medicamentos muy anticuados, sino
también ausencia de diagnósticos y vacunas, y anualmente muchísimas
muertes que podrían evitarse para esas enfermedades”, comenta
Stobbaerts.
Los compromisos de la resolución
Dada la ausencia de este impulso natural de investigación, con su
resolución los países latinoamericanos pedían, entre otras cosas,
mantener la discusión sobre el tema en sucesivas reuniones de la
Asamblea de la OMS en el 2013 y, como novedad, la obligatoriedad de
destinar el 0,01% del PIB a I+D sobre estas enfermedades. Sin embargo, a
efectos prácticos, queda mucho camino por recorrer.
“La verdad es que esta discusión lleva casi una década con varias
propuestas e ideas circulando en la Asamblea Mundial de Salud, y lo
positivo del texto que se ha aprobado en Ginebra es que deja la puerta
abierta para que haya más negociaciones; lo negativo es que no se ha
decido nada de concreto”, explica Stobbaerts.
Una negociación complicada
La propuesta presentada por los países latinoamericanos, especialmente,
Brasil, Argentina y Bolivia, fue apoyada por Bangladesh o Kenia, cuya
población se ve especialmente afectada por estas enfermedades. Sólo
Europa y Estados Unidos pusieron trabas al compromiso financiero y la
necesidad de seguir unas directrices. “Ahí vimos las polaridades
habituales, o sea, países del Norte, de la Unión Europea, y Estados
Unidos, mucho más conservadores y negociando con bastante duda en
cuanto a la propuesta de los países del Sur”, concluye Eric Stobbaerts.
Fuente: Radio Nederland.
jueves, 31 de mayo de 2012
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