El director, sinónimo de cine independiente en la Argentina, presentará en el MARFICI su última película. Los actos cotidianos habla de dos hermanos que viven con su madre, a través de hechos diarios y rutinarios.
Si hablamos de cine independiente en la Argentina, imposible no hacer referencia a Raúl Perrone. Y como no podía ser de otra manera, el director de Graciadió, Cinco p’al peso y Zapada estará presente durante el 6º Festival Internacional de Cine Independiente de Mar del Plata (MARFICI) para dar a conocer su última película: Los actos cotidianos.
Además de director de cine, es dibujante y reconocido fotógrafo con Polaroid, tal vez sea esto último lo que le dio ese estilo urgente que maneja con su cine: los personajes, las situaciones, los rodajes, las formas, son las del momento. Perrone parte de lo mínimo para contar sus historias, que se agrandan a la luz de su objetivo: narrar, siempre narrar, más allá del soporte o de las condiciones en las que se lo haga.
Perrone es también autor de un reconocido decálogo con apuntes para filmar, en el que pronuncia sus criterios y a los cuales se mantiene coherente: allí hace mención a la necesidad de hacer pocas tomas, a utilizar el sonido directo, a trabajar con actores creíbles y con músicos de rock, con un equipo técnico reducido y durante un lapso no mayor de ocho días.
Durante este MARFICI -que irá del 8 al 15 de mayo- presentará Los actos cotidianos, que se pudo ver en el reciente BAFICI. Allí cuenta la historia de dos hermanos que viven con su madre, y cuyas vidas están marcadas por el conjunto de acciones que pueblan sus días. Como siempre en su cine, estas acciones son mínimas, cotidianas y tienen que ver con la rutina.
En el film, Perrone habla de un mundo interior familiar y sereno, y uno exterior peligroso y poblado de accidentes, problemas con la ley y adicciones, pero allí los hermanos parecen estar a salvo. La aparición de un gorrión pone de relieve la necesidad de la libertad, pero también sus límites. Los actos cotidianos cuenta con los protagónicos de Soledad Aguilera, Adrián Aguilera y María Galván.
Como dice el programador Miguel Monforte sobre Perrone: “visceral, auténtico, ha hecho un camino donde no lo había, que ahora transita con comodidad, y se da el lujo de abrir atajos dentro de su propio andar con el mismo desparpajo que demostraba hace muchos años atrás. No se traiciona, sabe quién es y qué hizo, y sigue sin falsas posturas, desestructurado y contestatario”.
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