La Habana, 28 may (PL). En Latinoamérica y el Caribe son necesarias hoy políticas públicas dirigidas a la eliminación de la pobreza, y la aplicación de un modelo de desarrollo que ponga fin a la desigualdad y la marginación social.
Esa fue una de las ideas más importantes emanadas de un seminario regional sobre el envejecimiento, que sesionó durante dos días en esta capital organizado por Cuba y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
El director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), Juan Carlos Alfonso, destacó, además, la importancia de las medidas dirigidas a elevar la calidad de vida.
Precisamente las políticas públicas en salud, educación, el acceso al trabajo digno y la seguridad social, son acciones de trascendental importancia, significó.
Señaló que lamentablemente esta región es aún la más desigual del planeta, lo cual repercute negativamente en todos los sectores sociales, en particular los niños, las mujeres, el adulto mayor y los ancianos.
También en la jornada final intervino el director adjunto de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe (LACRO), del UNFPA, Luis Mora, quien resaltó como uno mérito de la reunión, el análisis claro de la actualidad de la vejez en el continente.
Permitió, además, interpretar esa realidad y lo que ella implica en términos de progreso, desarrollo, y de aporte de los integrantes de la tercera edad a la sociedad, agregó el funcionario.
En nombre del UNFPA, agradeció a Cuba ser un abanderado en los foros internacionales de temas como los derechos del adulto mayor, la educación sexual y los servicios de salud reproductiva, entre otros aspectos.
La coordinadora residente del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba, Bárbara Pesce, calificó al seminario de exitoso, pues posibilitó acordar un amplio programa de trabajo, así como profundos intercambios de conocimientos y experiencias.
Entre los retos en la esfera, según el informe de relatoría, está la necesidad de un nuevo pacto social en la región sobre la forma de abordar el envejecimiento, ya que la tradicional no es sostenible por más tiempo.
Tal pacto tiene que ver con una respuesta desde el Estado a la cultura, la solidaridad intergeneracional, distribución, gastos, cobertura, sistemas de pensiones, y el aumento de las contribuciones. Otros desafíos los constituyen: garantizar el derecho a envejecer con seguridad y dignidad, e invertir en educación, salud y empleo para los jóvenes, como vía de garantizar la vida del anciano.
También estimular la cooperación Sur-Sur, y mejorar la consistencia de datos y la disponibilidad de información desagregada que permita políticas particulares hacia el adulto mayor, así como un enfoque multisectorial.
Participaron además, representantes del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), la Secretaría General Iberoamericana y Caribeña de Demografía (CELADE), y la de Cooperación Iberoamericana (SEGIB), y otros organismos.
Fuente: Prensa Latina.
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