martes, 13 de abril de 2010

Crisis alimentaria en el Sahel.


por Alix De Dobbeleer.

La UNICEF estima que más de 859.000 niños menores de cinco años deberían someterse a un tratamiento contra la desnutrición aguda severa en centros terapéuticos. Por otro lado, la ONG hace hincapié en la urgencia de apoyar los programas y políticas agrícolas y alimentarios nacionales basados en el desarrollo de la agricultura familiar.

Pressenza, Bruselas. El Sahel, una vasta y árida región fronteriza al sur del Sahara desde la costa atlántica (Senegal, Mauritania) hasta el Océano Índico (Eritrea, Etiopía), incluye a los países más pobres del mundo, como Mali, Burkina Faso y Níger, que ocupan las posiciones 174, 175 y 177 respectivamente en la clasificación del índice de desarrollo humano constituida por 177 países. La grave crisis alimentaria que sufre esta región incrementará los problemas de desnutrición en el futuro y, por tanto, el número de ingresos en los centros terapéuticos.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha hecho unas estimaciones basadas en los resultados de estudios elaborados en un momento determinado.
Unos 860.000 niños de seis meses a cinco años necesitarán ayuda contra la desnutrición para evitar el riesgo de enfermedades e infecciones.
Se trataría de 378.000 niños en Níger, 212.000 en el norte de Nigeria, 144.000 en Burkina Faso, 83.000 en Mali, 33.500 en Chad y 8.900 en Mauritania.
Pero esta extrema pobreza ya existe desde hace tiempo en el Sahel. En la actualidad, los signos de la crisis alimentaria se multiplican ya que decenas de miles de familias que se marcharon hacia las zonas occidentales del Sahel se encuentran en dificultades extremas debido a la escasez de lluvias en 2009. Este impacto también se ha constatado en Níger y Chad, ya que miles de hogares ya no tienen reservas de alimentos y faltan todavía 7 meses para la próxima cosecha. A la crisis de disponibilidad de alimentos hay que sumar una crisis recurrente de los precios, que siguen siendo demasiado caros para muchos hogares pobres: en el oeste de Níger, los precios del mijo aumentaron de un 20 a un 25% y los del sorgo hasta un 50% en diciembre de 2009.
Si se mantienen los programas y políticas agrícolas y alimentarios nacionales basados en el desarrollo de la agricultura familiar y si la respuesta humanitaria llega a tiempo y de forma adaptada, el número de niños desnutridos disminuirá y la demanda será menor en los diferentes centros de salud.

Traducción al español: Carmen Soler Rodríguez.

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