por María Eugenia Vidal
El presidente boliviano dio inicio a la 42 Asamblea General de la OEA,
en el poblado de Tiquipaya, en el centro de su país, y planteó que el
organismo debe reformarse. La cita tiene como tema central la seguridad
alimentaria, pero en los discursos de inauguración y en declaraciones
previas pasó a segundo plano, por las críticas de varios países al papel
de la CIDH y de la OEA.
Pressenza, Buenos Aires. La 42ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos
empezó con fuertes reclamos de “refundarla”, sobre todo a su Sistema
Interamericano de Derechos Humanos. Si así no fuera, algunos países como
Venezuela y Ecuador amenazan con desafiliarse. Ayer las delegaciones de
34 países intentaron achicar diferencias de criterios y semánticas para
firmar alrededor de 70 resoluciones, según indicó la cancillería local.
El domingo, en la inauguración de la Cumbre Social paralela, el
presidente Evo Morales abogó por la nacionalización de “todos los
recursos”, incluidos el agua y la telefonía.
Morales cuestionó al organismo hemisférico, tildándolo de servir a
los intereses de Estados Unidos, en su discurso de inauguración ante 19
cancilleres de 34 países, además de jefes de misión, embajadores y
delegados de organismos sindicales, sociales y campesinos.
“Lamentablemente, tenemos un sistema capitalista que todavía está
vigente aunque en decadencia. Siento que el capitalismo se derrumba”,
dijo Morales ante dos mil integrantes de organizaciones sociales de la
región. A pocas cuadras de ahí fue la inauguración oficial de la
asamblea, en la Universidad del Valle. En Tiquipaya los vecinos andan
con acreditación para entrar a sus casas, porque los sucesivos anillos
de seguridad de la Policía boliviana y el Ejército no permiten la
circulación de una mosca sin el permiso correspondiente. Son 3000
uniformados que están donde se mire, para evitar cualquier protesta
social, como la que habían amenazado algunos sectores en entredicho con
el gobierno. Además, en Cochabamba entró en rigor la ley seca hasta que
se vayan las visitas.
La "OEA era para perpetuar la economía de los Estados Unidos, si eso
era la situación o el origen, pues estamos en la obligación (de
estudiar) cómo cambiar esa situación", insistió.
Brasil, Bolivia, Venezuela y Ecuador solicitaron reformas en esta
rama de la OEA, o en todo el organismo, como dijo Morales. El presidente
de Ecuador, Rafael Correa, iba a llegar para intervenir en el encuentro
del hotel Regina. “Vamos a Bolivia. Decidimos participar en la asamblea
de la OEA para poner en su sitio a cierta burocracia internacional que
se cree por encima de nuestros Estados”, había anunciado en Quito. “O la
OEA se reinventa, o la OEA desaparecerá. No tiene otro camino”, dijo
Ricardo Patiño, ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano. El
secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, intentó suavizar el
ambiente. “En primer lugar, nosotros no hemos hablado de reforma sino de
fortalecimiento. No queremos dar la impresión de que se vaya a reducir o
eliminar determinadas atribuciones de ninguno de los organismos del
sistema”, dijo sobre los cuestionamientos a la CIDH.
Morales acompañó las críticas realizadas por Ecuador, Brasil y
Venezuela que cuestionaron públicamente a la CIDH y abogaron por
introducir reformas.
Pese a todas las desavenencias, el canciller boliviano, David
Choquehuanca, anticipó que la asamblea aprobará unas 70 resoluciones,
entre ellas una referente a la despenalización del masticado de coca.
También se rubricaría la Declaración de Cochabamba, que focalizaría en
el tema de la seguridad alimentaria con soberanía. “Sólo faltan algunos
detalles que están en consulta con los países. También se aprobarán
otras resoluciones sobre narcotráfico, crisis energética, cambio
climático, las islas Malvinas y producción de alimentos, entre otros”,
dijo.
Fuente: Página/12
martes, 5 de junio de 2012
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