El
presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, que en una semana disputará en
segunda vuelta su continuidad en el cargo, profundizó hoy su estrategia
en busca de votos de la ultraderecha al asegurar que Francia tiene
"demasiados trabajadores extranjeros".
"Nuestro
modelo de integración no funciona. ¿Por qué? Porque antes de que se
integren los que se encuentran en nuestro territorio, llegan
extranjeros", dijo en una entrevista concedida al canal francés de
noticias BFM el mandatario, que se ubica entre 8 y 10 puntos
porcentualers por debajo del favorito, François Hollande.
Para ganar depende de los votos de los que en primera vuelta votaron a la líder ultraderechista Marine Le Pen, que consiguió casi el 17 por ciento de los respaldos.
Sin embargo, la líder del partido ultranacionalista francés dijo hoy, en el acto que anualmente convoca su partido el 1 de mayo en honor de la santa católica Juana de Arco, que no apoyará ni a Hollande ni a Sarkozy en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo domingo.
"El domingo votaré en blanco", dijo Le Pen, quien señaló que quiere demasiado a su país como para "hacerles tomar un camino de falsa esperanza" a sus seguidores.
Según Le Pen, Sarkozy, candidato por el partido gobernante UMP y el candidato socialista Hollande son las "dos caras de una misma moneda" y en consecuencia concluyó que dejaba libertad de voto a sus seguidores.
La última semana de campaña vino cargada de ascendente temperatura, acusaciones cruzadas y un tono discursivo virulento, mientras el país espera con ansias el único debate televisivo entre ambos candidatos, que se realizará mañana miércoles, en un ambiente en el que la distancia entre ambos se acorta, según los sondeos.
Para hoy, 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, están previstas más de 280 manifestaciones en todo el país, las más importantes de ellas en París, una a cargo de los sindicatos, otra convocada por Sarkozy y una tercera de la extrema derecha.
En tanto, una nueva encuesta dada a conocer por Le Monde afirma que la diferencia entre los candidatos se acorta. Hollande se impondría con el 53% (-1%) frente al 47% (+1%) del candidato conservador, según el sondeo de Ipsos.
Fuente: Télam.
Para ganar depende de los votos de los que en primera vuelta votaron a la líder ultraderechista Marine Le Pen, que consiguió casi el 17 por ciento de los respaldos.
Sin embargo, la líder del partido ultranacionalista francés dijo hoy, en el acto que anualmente convoca su partido el 1 de mayo en honor de la santa católica Juana de Arco, que no apoyará ni a Hollande ni a Sarkozy en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo domingo.
"El domingo votaré en blanco", dijo Le Pen, quien señaló que quiere demasiado a su país como para "hacerles tomar un camino de falsa esperanza" a sus seguidores.
Según Le Pen, Sarkozy, candidato por el partido gobernante UMP y el candidato socialista Hollande son las "dos caras de una misma moneda" y en consecuencia concluyó que dejaba libertad de voto a sus seguidores.
La última semana de campaña vino cargada de ascendente temperatura, acusaciones cruzadas y un tono discursivo virulento, mientras el país espera con ansias el único debate televisivo entre ambos candidatos, que se realizará mañana miércoles, en un ambiente en el que la distancia entre ambos se acorta, según los sondeos.
Para hoy, 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, están previstas más de 280 manifestaciones en todo el país, las más importantes de ellas en París, una a cargo de los sindicatos, otra convocada por Sarkozy y una tercera de la extrema derecha.
En tanto, una nueva encuesta dada a conocer por Le Monde afirma que la diferencia entre los candidatos se acorta. Hollande se impondría con el 53% (-1%) frente al 47% (+1%) del candidato conservador, según el sondeo de Ipsos.
Fuente: Télam.
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