Numerosos desacuerdos, uno de ellos por la llamada economía verde,
obligó a Naciones Unidas a agregar una semana más de negociaciones sobre
el documento final de la próxima conferencia sobre Desarrollo
Sostenible (Río+20).
Según se informó aquí, la segunda ronda de discusiones debía concluir
el pasado viernes con al menos 90 por ciento del trabajo terminado, pero
una elevada cantidad de puntos polémicos forzó a agregar un nuevo
espacio del 29 de mayo al 2 de junio.
Luego de esas jornadas,
solo quedará una fase de negociación, fijada para comenzar en Río de
Janeiro el 13 de junio, ocho días antes del inicio de la reunión de
jefes de Estado y Gobierno, programada del 20 al 22 de ese mes.
El subsecretario general de la ONU a cargo de Río+20, Sha Zukang, dijo
que hasta ahora el borrador inicial ha sido reducido en un centenar de
páginas, pero todavía resulta demasiado extenso, por lo que llamó a
trabajar con "sentido de genuina urgencia".
Fuentes diplomáticas
indicaron que el tema de la denominada economía verde, impulsado por
los países industrializados y la propia ONU, concentra buena parte de la
oposición de las naciones subdesarrolladas.
Entre los
argumentos para ese rechazo está la pretensión encerrada en ese nuevo
concepto para mercantilizar la cuestión de la lucha por el desarrollo
sostenible y contra el cambio climático, sin alterar en nada los
actuales patrones de producción y consumo en el mundo.
Tratan de
imponer una noción que sirva de plataforma para colocar las reglas del
mercado en el centro de las supuestas soluciones de los problemas del
medio ambiente, la naturaleza y el desarrollo sostenible, aseguró un
delegado latinoamericano.
Otro eje de polémicas radica en la
idea de establecer una veintena "objetivos de desarrollo sostenible"
para ser cumplidos por todos los países en un tiempo determinado.
Esas metas tratan sobre clima, energía limpia, biodiversidad, agua,
mares y océanos, bosques, agricultura, centros urbanos y otros temas,
pero siempre bajo el prisma mercantilista.
En el año 2000, la
ONU estableció los Objetivos de Desarrollo del Milenio, cuyo
cumplimiento total, fijado para 2015, ya resultan casi imposibles de
alcanzar en algunos de sus aspectos.
Esos propósitos buscan
reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre, frente a los niveles
de 1990, y promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer.
Además, lograr la enseñanza primaria universal, reducir la mortalidad
infantil en dos tercios entre 1990 y 2015 y combatir el VIH-Sida, el
paludismo y otras enfermedades, así como diversos propósitos en materia
de medio ambiente y desarrollo.
Según la ONU, más de 135 jefes
de Estado, vicepresidentes y primeros ministros ya confirmaron su
participación en Río+20, así como cientos de organizaciones no
gubernamentales, empresarios, parlamentarios, alcaldes, académicos y
otros grupos y sectores.
La conferencia sesionará en el centro
de convenciones y exposiciones Ríocentro y estará precedida por una
reunión preparatoria del 13 al 15 y un llamado diálogo de la sociedad
civil sobre desarrollo sostenible (del 16 al 18).
Fuente: Prensa Latina.
lunes, 7 de mayo de 2012
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