Redes y organizaciones de la sociedad civil que defienden el derecho
humano a la educación se han reunido en la Cumbre de los Pueblos para
criticar el concepto de economía verde presente en las negociaciones
oficiales de la Río+20 y debatir la educación necesaria a la
construcción de un mundo con justicia social y ambiental.
Pressenza, Río de Janeiro. En el marco de la Cumbre de los Pueblos,
evento paralelo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Desarrollo Sostenible (Rio+20), organizaciones sociales de todo el mundo
se reunieron en el debate "La educación que queremos
para el siglo XXI con justicia social y ambiental", evento coordinado por
la II Jornada Internacional de Educación Ambiental para Sociedades Sostenibles y Responsabilidad Global, con el apoyo de las demás entidades que integran actualmente el Grupo de Trabajo Educación (GT Educación) - la Campaña Latinoamericana por el Derecho Educación (CLADE)
entre ellas. El GT Educación es un colectivo de la sociedad civil
responsable por analizar las propuestas de la Río+20 relacionadas a la
educación.
Estuvieron presentes en la discusión Diogo Damaceno, de la Red de la Juventud por el Medio Ambiente y la Sustentabilidad (Rejuma);
María Teresa, de la Asociación Internacional Verde (El Salvador);
Patricia Jaramillo Guerra, coordinadora regional de la [REPEM -Red de
Educación Popular entre Mujeres](REPEM -Red de Educación Popular entre
Mujeres) e integrante del Comité Directivo de CLADE; Robbie Guevara,
representate de la Asociación de Educación de Adultos para Asia y
Pacifico (Filipinas); y Moema Viezzer, coordinadora de la II Jornada.
En su ponencia, María Teresa opinó que la sustentabilidad ambiental
debe ser tratada como un tema intergeneracional, interdisciplinar y
construido a partir de conexiones entre la gente que vive en las
ciudades y los pueblos campesinos, igual modo a la interacción de las
universidades al conocimiento de personas que todavía no tienen acceso a
la escuela.
Luego, Patricia defendió la garantía del derecho humano a la
educación en todas las fases de la vida, la disminución del
analfabetismo y procesos de educación y formación de líderes en las
comunidades para que se haga escuchar lo que piensan los diversos
pueblos y, específicamente las mujeres sobre los cambios climáticos y
otros problemas ambientales globales de la actualidad. Asimismo, divulgó
la declaración La educación que precisamos para el mundo que queremos
elaborada por el GT Educación en contrapunto al documento oficial de la
Río+20, dónde se defiende una educación para la justicia social,
ambiental y económica en contra el concepto de economía verde.
Robbie, en su exposición, habló sobre la importancia de tratarse el
tema del cuidado con el medio ambiente de manera global, en lo que se
refiere a paradigmas generales, tal como la crisis climática, sin que se
olvide el respeto a las especialidades, las peculiaridades y el
conocimiento popular existentes en cada local. “Además de promover
encuentros para debatir temas ambientales que afecten a todo el mundo,
como la Río+20, es necesario promover acciones prácticas en el ámbito
local de cada territorio y comunidad”, añadió.
Al final, Moema defendió que se realicen ciclos de debate locales
respecto a la educación que se desea para un siglo XXI con justicia
social y ambiental. “Tenemos que educarnos para construir sociedades
sustentables que respecten la diversidad de culturas, naciones y
saberes”, concluyó. Al cierre de las exposiciones, los participantes se
reunieron con los ponentes en pequeños grupos, dónde siguieron
debatiendo e recriando las ideas y los proyectos defendidos en la
primera parte del encuentro.
El documento del GT Educación, que se distribuyó a todos los presentes en el debate, forma parte de la publicación Otro futuro es posible
elaborada por todos los Grupos de Trabajo (GTs) temáticos de la Cumbre
de los Pueblos, como contrapunto al proyecto oficial de la Río+20 para
el desarrollo sostenible.
martes, 19 de junio de 2012
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