En las últimas 48 horas, el gobierno de Baviera recibió a más de 12.000
refugiados, ubicados en tres nuevos centros de recepción, pero
anticipándose a las decenas de miles más en camino, las autoridades
pidieron ayuda y solidaridad al resto del país.
El secretario general de la Unión Socialcristiana, Andreas Scheuer, el
aliado bávaro del gobierno de la canciller Angela Merkel, celebró la
hospitalidad mostrada a lo largo del fin de semana por cientos de
ciudadanos, aunque recordó que su fuerza, que gobierna localmente, no
está de acuerdo con la decisión de abrir las fronteras.
"Alemania no puede resolver en solitario los problemas de migración de
este mundo", dijo Scheuer, cuyo partido es considerado como el ala
bávara de la Unión Cristianodemócrata de Merkel, según la agencia de
noticias EFE.
Pese a esa oposición y a la tensión que domina la coalición de gobierno,
los gobiernos de Baviera y de su capital, Munich, abrieron varios
centros de refugiados, los tres principales en esta última ciudad.
Dos fueron instalados en salas del principal pabellón de ferias de
Munich y el tercero cerca de la estación de tren a donde llegan las
columnas de refugiados que vienen viajando a través de los Balcanes y
que, después de varios días de tensión, espera y hasta represión,
lograron cruzar Hungría y Austria.
El gobierno de Bavaria, el estado más grande Alemania, informó que a lo
largo del día de ayer alrededor de 7.000 refugiados llegaron desde
Austria y hoy el número rondaba en 5.300, según la cadena de noticias
CNN.
La gran mayoría son ciudadanos sirios que escapan de la guerra civil que
hace más de cuatro años que destruye una de las potencias regionales
más importantes de Medio Oriente y del mundo árabe.
La cifra de refugiados recién llegados a Alemania fue confirmada por el
gobierno austríaco al informar que unos 40 trenes, regulares y
especiales, partieron hoy desde Viena con destino a Munich, al igual que
unos 20 colectivos que salieron de la ciudad de Salzburgo.
Pese a los temores por la posible reacción de los grupos de extrema
derecha en Alemania, hasta ahora el clima ha sido muy tranquilo.
En sólo dos ocasiones grupos ultranacionalistas y xenófobos intentaron
protestar contra la llegada de miles de refugiados, una vez en Munich y
otra en la ciudad de Dortmund, una ciudad en el noroeste del país, más
cerca de la frontera con Holanda.
En ambas ocasiones las protestas fueron frenadas por la policía y boicoteadas por grupos de izquierdas.
Fuente: Télam
domingo, 6 de septiembre de 2015
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