La violencia se ha instalado en la vida humana en todo el planeta y no
hay forma de acabar con ella. No hay gobierno, ni ejército, ni religión,
ni partido político, ni grupo económico capaz de derrotar la violencia
en el mundo. No hay poder capaz de acabar con la violencia que crece día
a día, infiltrándose en todas nuestras actividades y en nuestra
intimidad. El poder destructivo de la violencia, que se está apoderando
de la humanidad, es cada día más terrible y peligroso. Si la violencia
sigue creciendo aceleradamente junto con su capacidad de destrucción,
las consecuencias serán desastrosas.
¿Podremos cambiar la dirección
de los acontecimientos que presagian calamidades humanas de dimensiones
nunca antes conocidas? Se trata de una enorme cantidad de armamento
letal, nuclear, biológico, químico y convencional con poder de aniquilar
la vida en el planeta. Este año con la más grave crisis financiera
mundial, en la que todos experimentamos las restricciones de la
recesión, se volvió a batir el récord de inversiones en armamento.
Todos somos responsables de lo que está ocurriendo y tenemos que tomar
una decisión en nuestro interior. O continuamos apoyando a nuestros
gobiernos en su política armamentista, siempre justificada por el temor y
la venganza, o unimos nuestra voz y nuestro sentimiento al de millones
de seres humanos de distintas lenguas, razas, creencias y culturas para
encender la conciencia humana con la luz de la No Violencia.
El
armamento nuclear ha proliferado a muchos países, está al alcance de
grupos fuera del control de los estados. Hoy su justificación como
elemento disuasorio o defensivo llegó al límite del absurdo y creemos
que el único camino es el Desarme Nuclear Mundial Total.
Señores presidentes y primeros ministros de los Estados Unidos de
América, de la Federación Rusa, de la República P. China, de la
República de Francia, del Reino Unido, de la República de la India, de
R.I. de Pakistán, de Republica D. Popular de Corea y del Estado de
Israel:
Recae en ustedes la responsabilidad de este momento en que
se decide el futuro humano. Ustedes serán los que decidirán entre la
historia y la prehistoria, entre la humanización y la animalización,
entre una tierra para todos o un mundo atemorizado, entre una tierra
generosa, o un desierto contaminado. Ustedes serán los responsables de
la atmósfera social que respiremos en los años próximos.
Nos ponemos
en marcha, recorriendo el planeta, para fortalecer la voz que clama por
un mundo humano. Ya no podemos ver más sufrimiento en nuestros
semejantes. Ya no queremos más guerras. Esas agresiones las sentimos en
nosotros mismos. En nuestra conciencia se ha producido un cambio y no
hay vuelta atrás. Es necesario desmantelar las armas de destrucción
masiva así como reconvertir un sistema económico que produce pobreza,
discriminación y muerte. Es necesario salvaguardar la vida para
construir un mundo de iguales derechos y oportunidades para todos.
Les exigimos a uds. que prioricen en sus políticas de defensa y relaciones exteriores:
• el desarme nuclear a nivel mundial,
• el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados,
• la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional,
• la firma de tratados de no agresión entre países y
• la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.
No dejaremos que la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia pase
desapercibida en nosotros, en nuestras familias, en nuestros pueblos y
en nuestro mundo.
Haremos crecer este impulso que nos comunica con lo mejor de nosotros, de cada uno, con lo mejor del ser humano.
Somos miles, seremos millones y el mundo cambiará.
Firma: Rafael de la Rubia (Vocero Internacional de la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia).
viernes, 4 de septiembre de 2015
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