viernes, 16 de diciembre de 2011

"VENGO COMO LECTOR", DIJO FABIÁN CASAS AL LLEGAR A LA FERIA.


El escritor Fabián Casas, recién llegado a la Feria Internacional de Libro (FIL) de Guadalajara, México, como uno de "Los 25 secretos mejor guardados de América Latina", afirmó estar "aburrido de mis propias palabras, ahora me gustaría más escuchar y tomarme el tiempo".

Yo vengo como lector, la musiquita no la escucho, hace mucho", dispara Casas en diálogo con Télam mientras se prepara para su primer encuentro con los escritores convocados por la FIL en ese segmento, autores de 25 a 55 años reconocidos en sus países y del otro lado del Atlántico pero ignotos dentro del continente.
Está expectante, "quiero conocer a todos estos autores y leerlos, que me cuenten ellos -dice-. Eso es lo que más paga de estas movidas colectivas. Por ahí, además de un buen autor es una buena persona y eso te hace crecer".
"Lo que más me garpó de la literatura es por un lado los libros que leí y por el otro los amigos que tengo -asegura-. Y como para mí escribir siempre fue una forma de seguir leyendo -se acuerda de un texto sobre la poeta Silvia Plath, de su `lectura sobre ella`, aclara-, entonces siempre soy más lector que escritor", concluye.
Mientras sus libros se reeditan en alemán; mientras se publican en Bolivia, España y Chile; mientras lo convocan de universidades y concursos literarios; mientras "Ocio" -el filme basado en su novela homónima- cruza la cordillera desde el Cosmos (el cine); mientras crece el culto a Casas, el autor dice que no tiene "nada nuevo ni nada para escribir".
Lo que pasa: "es que escribí poesía muchos años y ahí está todo más concentrado y tranquilo. No hay agentes. No hay nada.
Estás más relajado, pero la narrativa te exige otras cosas que no me hacen sentir cómodo: Con la narrativa tenés que estar poniendo la cara, como un taxi que siempre está ahí en la puerta esperando".
"Yo pienso que uno algo hace para que pasen las cosas, lo veo en Sky (Beilinson) y el Indio Solari -sentencia-: Una vez estaba sentado con Sky en la calle y no lo reconocía nadie y él estuvo con el Indio en el mismo escenario. Entonces hay algo que el tipo produce que lo vuelve invisible. Es un don, no te pasa porque sí, te pasa porque lo sabés hacer. Me fascinan las personas que logran eso".
Además "mi paquete de ideas es rechiquitito -dice-, tardé un montón de años en tener esas pequeñas ideas y la verdad que no tengo tantas más", argumenta.
Los libros que escribió le llevaron 30años de trabajo, 10 para uno de los cuentos de "Los Lemmings".
Y agrega: "Recién ahora empecé a agarrar un poco de plata con la literatura, pero mantengo mi trabajo que es lo que me da tranquilidad para estar diez años con un cuento, porque si vos empezás a depender mucho de la literatura lo que te empiezan a decir también es que tenés que sacar un disco por año".
"Con`Holy fuck` terminé todo, no tengo nada más escrito, por ahora se acabó", reafirma. Editado por Garrincha Club, el libro recopila textos de varios autores, entre otros algunos de los que Casas vino escribiendo en los últimos años.
"Tenía mucho, la elección fue al tun tun; por ahí una charla de comida o un amigo que me decía `¿Viste la película reencarnación?` `Sí, por qué`, y eso me disparaba para escribir un ensayo que habla sobre la película, sobre la reencarnación, sobre mis seres queridos que murieron, sobre los muertos de (James) Joyce".
Lo que sentía en ese momento: "y que ahora perdí, es que lo que escribía tenía una especie de alma, eso me activaba y me daban ganas de escribir, ahora no tengo nada. Yo tenía esos impases, pero antes estaba más tranquilo porque nadie le daba ningún tipo de bola, era una bendición".
"Vivir en un país que no le da ningún lugar a un escritor para mí está buenísimo porque te da libertad -confirma-. Después empieza a aparecer un montón de gente con súper buenas intenciones, que está buenísimo también y es un honor, que te pide que escribas, que te pide que leas, pero llega un momento en el que vos sentís que estás muy aburrido de tus propias palabras".
"¿Sabés la sensación que tengo? ¿Viste cuando ves a una pareja en un bar que está comiendo y no se habla más? Esa es mi mente en estos momentos. Decís `¿Por qué no se separan?`, con mi escritura me pasa eso".
Lo último que estuvo trabajando es un guión para una película que "si sale" va a filmar Lisandro Alonso.
"Es algo raro porque es muy diferente a lo que vine escribiendo, o sea que me hizo bien, me sacó de registro, me puso en otra cosa", dice.
"Y ahora pienso, cuando escribí los ensayos que salieron en `Holy fuck`, era como estar tomado por algo, como una fuerza, es lindo, pero también hay que aceptar cuando no pasa más".
"Hay un cuento de (Jerome David) Salinger que a mí me parece genial, `Con amor y sordidez`, el tipo dice que la mente del personaje se mueve como un equipaje arriba de la parte de los bultos, y yo siento eso".
Fuente: Télam.

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