viernes, 23 de diciembre de 2011
BALANCE ANUAL 2011 - LOS DIEZ LUGARES MÁS PELIGROSOS PARA LOS PERIODISTAS EN 2011.
2011 en cifras: 66 periodistas muertos(+16%), 1044 arrestados, 1959 periodistas agredidos o amenazados, 499 medios de comunicación censurados, 71 periodistas secuestrados, 73 periodistas que huyeron del país, 5 netciudadanos asesinados, 199 blogueros y netciudadanos arrestados, 62 blogueros y netciudadanos agredidos, 68 países afectados por alguna censura de la Red.
Pressenza, París. or primera vez Reporteros sin Fronteras crea una lista de los diez lugares más peligrosos del mundo para la prensa. Diez ciudades, barrios, plazas, provincias o regiones en los que en 2011 los periodistas y los netciudadanos estuvieron particularmente expuestos a la violencia; diez lugares donde la libertad de informar fue burlada.
De manera general, el balance fue pesado para la libertad de prensa en 2011. La Primavera Árabe estuvo en el corazón de las noticias. De un total de 66 casos de periodistas asesinados desde enero de 2011, 20 de ellos se registraron en Oriente Medio (una cifra que se duplicó respecto a 2010). Un número casi igual de casos se registró en América Latina, región muy expuesta a la violencia y la inseguridad. Por segundo año consecutivo, Paquistán se distingue como el país más mortífero del mundo para los periodistas: 10 de ellos murieron, la mayoría asesinados. China, Irán y Eritrea continúan siendo las prisiones más grandes del mundo para la prensa.
La Primavera Árabe y los movimientos de protesta que en ocasiones inspiró en otras partes del mundo (Sudán, Azerbaiyán), así como las protestas populares en varios países como Grecia, Bielorrusia, Uganda, Chile e incluso Estados Unidos (Occupy Wall Street), son la causa de la espectacular explosión del número de arrestos e interpelaciones (1.044 en el año 2011 frente a 535 en 2010). Los bloqueos físicos al trabajo informativo (breves privaciones de la libertad, interpelaciones, citatorios) fueron especialmente numerosos y dan cuenta en muchos casos de los esfuerzos emprendidos por los gobiernos para asfixiar la información que los debilita.
Las agresiones a periodistas aumentaron 43% y los arrestos de netciudadanos –en la primera línea como medio de información y de movilización en las calles de países sometidos al silencio mediático–, 31%. Este incremento constituye otra fuerte tendencia del año 2011, en un contexto rico en protestas populares. Cinco netciudadanos fueron asesinados en 2011, tres de ellos en México.
De la Plaza Tahrir en El Cairo o la ciudad de Kuzhdar en Beluchistán (Paquistán), a la ciudad de Mogadiscio y las zonas metropolitanas de Filipinas, el año 2011 ilustra más que nunca los riesgos de ejercer el oficio de periodista en un periodo de inestabilidad política. El peligro estuvo muy presente en las calles en 2011, con frecuencia durante las manifestaciones que dieron lugar a violentos enfrentamientos con las fuerzas del orden o que degeneraron en conflictos. Los diez lugares enumerados por Reporteros sin Fronteras marcan situaciones extremas de censura de la prensa y de violencia perpetrada contra aquellos que trabajan por una información libre e independiente.
(La clasificación aparece por orden alfabético de acuerdo al país)
Manama, en Bahréin
Manama, la capital de Bahréin, fue teatro de manifestaciones prodemocráticas donde los periodistas extranjeros fueron reprimidos, algunos de ellos amenazados, incluso agredidos, al igual que sus contactos locales, con el fin de evitar todo eco mediático internacional. Los corresponsales bahreiníes, en especial los fotógrafos, fueron encarcelados durante algunas horas o por varias semanas. Se llevaron a cabo numerosos procesos ante tribunales militares, antes de se levantara el estado de emergencia impuesto el 15 de marzo. Tras varios meses de manifestaciones, se restableció el orden al precio de una represión sistemática. Algunos blogueros aún se encuentran en prisión, condenados por tribunales de excepción, sin que su expediente haya sido reexaminado por jurisdicciones civiles. Bahréin es ejemplo de una censura de la información lograda con la complicidad de la comunidad internacional, que ha permanecido en silencio. El director de un diario y un netciudadano lo pagaron con su vida.
Abiyán, en Costa de Marfil
Abobo, Adjamé, Plateau, Koumassi, Cocody, Yopougon... todos estos barrios de Abiyán fueron, en un momento u otro del primer semestre de 2011, zonas de muy alto riesgo para la prensa. Los cordones policiales, las interpelaciones violentas y las agresiones a periodistas se multiplicaron: la sede de la televisión nacional RTI fue bombardeada; a finales de febrero un colaborador de los medios de comunicación fue asesinado a golpes de machete y de porra; más tarde, en mayo, el conductor de un programa de radio de Yopougon fue ejecutado por las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI). La crisis poselectoral y después la guerra abierta que se libraba en los campos de Gbagbo y Ouattara tuvieron consecuencias dramáticas en lo que respecta a la seguridad de los periodistas. Durante la batalla de Abiyán, a inicios de abril, se volvió imposible todo desplazamiento de un profesional de la información en la capital económica de Costa de Marfil.
Plaza Tahrir (El Cairo), en Egipto
Plaza emblemática de la rebelión árabe, la Plaza Tahrir acogió desde finales de enero las manifestaciones prodemocráticas que obligaron a Hosni Mubarak a partir el 20 de febrero de 2011. Medios de comunicación del mundo entero fueron a cubrir allí los acontecimientos. La primera semana de febrero de 2011 se vivió en ella una increíble cantidad de actos de violencia, marcados por ataques sistemáticos a los periodistas extranjeros. Del 2 al 5 de febrero se emprendió una verdadera campaña de odio contra la prensa internacional; se contabilizaron más de 200 exacciones. Los periodistas locales también fueron víctimas de ella. Seis meses más tarde, del 19 al 28 de noviembre de 2011, el escenario fue similar durante la represión de las nuevas manifestaciones que pedían la partida del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), antes de que se realizaran las elecciones parlamentarias; después, durante el fin de semana del 17 y 18 de diciembre.
Misrata, en Libia
Territorio de los rebeldes tras la liberación de Bengasi, punto estratégico para la toma de Trípoli, Misrata fue teatro de muy duros combates entre los rebeldes y el ejército, que asedió la ciudad y la aisló del resto del mundo, en particular la calle Trípoli, donde se concentraron esencialmente las luchas. La batalla de Misrata ilustra los riesgos que corren los periodistas en las zonas de conflicto. Cinco periodistas murieron en Libia en 2011; dos de ellos en Misrata, sometida a un bloqueo de la información durante numerosas semanas.
Estado de Veracruz, México
Estado del Golfo de México dominado durante mucho tiempo por el llamado Cártel del Golfo, en el estado de Veracruz confluyen varios tipos de comercios criminales, que van del narcotráfico al contrabando de gasolina. En 2011 Veracruz se convirtió en el nuevo epicentro de la ofensiva federal contra los cárteles; tres periodistas fueron asesinados allí en el año 2011. Una decena de periodistas debió optar por el exilio frente a la falta de acción, incluso la complicidad de las autoridades en una situación cada vez más alarmante para la libertad de informar.
Khuzdar, en Paquistán
Los numerosos asesinatos y las amenazas contra periodistas en el distrito de Khuzdar, ilustran la extrema inseguridad que reina en todo Beluchistán. Los medios de comunicación de esta provincia del sudoeste de Paquistán se encuentran entre el fuego cruzado de grupos armados separatistas y de las fuerzas de seguridad. El asesinato de Javed Naseer Rind, ex secretario de redacción del Daily Tawar, es el ejemplo más reciente de ello. El cuerpo del periodista fue encontrado el 5 de noviembre de 2011, cerca de tres meses después de su desaparición. A finales del mes de noviembre un grupo de militantes de la Musallah Defa Army publicó una lista de nombres (hit-list) de periodistas, que anunció serían sus próximas víctimas.
Las zonas metropolitanas de Manila, Cebu y Cagayan de Oro, en las islas de Luzón y Mindanao, en Filipinas
En estas tres zonas urbanas se concentra la mayor parte de los asesinatos y los actos de violencia contra periodistas registrados en Filipinas. Los grupos paramilitares y las milicias privadas, que se encuentran entre los “Predadores de la Libertad de Prensa en 2011”, son los autores de ellos. El gobierno, que asumió el poder en julio de 2010, aún no ha sabido responder a esta situación de forma eficaz. Como consecuencia, estos grupos gozan de una total impunidad, favorecida por la corrupción, los nexos que mantienen algunos políticos con las redes mafiosas y por una justicia que no posee suficiente independencia.
Mogadiscio, en Somalia
Mogadiscio es una capital mortífera. Víctimas de atentados con bomba, alcanzados por balas perdidas o deliberadamente tomados como blanco por los milicianos hostiles al trabajo de los medios de comunicación, los periodistas trabajan en condiciones de seguridad espantosas. Pese al retiro de los insurgentes islamistas de Al-Shabaab, la persistencia de los combates vuelve extremadamente peligrosa la cobertura informativa en este país. Tres periodistas somalíes murieron en agosto, octubre y diciembre, respectivamente, en Mogadiscio. Otro, de nacionalidad malasia, murió tras recibir una bala en los pulmones cuando seguía en auto a una organización humanitaria en una de sus misiones.
Deraa, Homs y Damasco, en Siria
Deraa, Homs, epicentros de la protesta contra Bachar el Assad, sometidos a un verdadero bloqueo, al igual que Damasco, fueron particularmente peligrosos para la prensa en 2011. El silencio mediático impuesto por la dictadura es total: expulsiones de corresponsales extranjeros, negación de visados… Las raras imágenes sobre las manifestaciones prodemocráticas que comenzaron a circular en marzo de 2011 fueron difundidas por ciudadanos que arriesgaron su vida. Detenciones relámpago, secuestros, palizas y torturas forman parte de la vida cotidiana de los sirios que transmiten imágenes e información sobre la represión. Los mukhabarat, servicios de inteligencia, los shabihas, milicias, y su ciberejército, han sido el brazo armado del régimen para ubicar y reprimir a los periodistas. Las agresiones han sido cotidianas. Numerosos blogueros y periodistas huyeron del país. Unos treinta periodistas aún se encontrarían detenidos.
Plaza del Cambio (Sanaa), en Yemen
Fue en la Plaza del Cambio, en Sanaa, donde tuvo lugar la protesta contra el presidente Ali Abdallah Saleh. Fue en esta plaza donde se produjo una gran parte de las exacciones cometidas contra los periodistas. La cobertura de las concentraciones, en las que los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad fueron numerosos y sangrientos, representó grandes riesgos para la prensa, que fue directamente tomada como blanco por un poder decidido a reprimir el movimiento a favor de cambios democráticos y a amordazar la información. Dos periodistas lo pagaron con su vida cuando cubrían estas concentraciones. Los baltajiyas, milicias del poder, emprendieron verdaderas expediciones punitivas. Ataques físicos, daño de equipos, secuestros, confiscaciones y destrucción de periódicos, asaltos a oficinas de medios de comunicación, ilustran una política sistemática de violencia contra los profesionales de los medios de comunicaciòn.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario