El gobierno holandés maneja la posibilidad de reintroducir la obligatoriedad de un servicio social juvenil. Al terminar sus estudios secundarios, los jóvenes deberían cumplir tareas en organizaciones ecologistas, en sanidad o en defensa.
El plan impediría que al finalizar esa enseñanza no se podría comenzar a estudiar una profesión, ir de viaje o trabajar, sino desempañarse en casas de salud, hospitales, asilos de animales, organizaciones defensoras de la naturaleza o ser voluntario en organismos como la Cruz Roja. Esta nueva forma de trabajo social obligatorio es alternativa al servicio militar obligatorio, abolido oficialmente en 1996.
Equilibrio
En la práctica, desde esa fecha debían presentarse en los cuarteles un tercio de los muchachos, algo que las jóvenes no tenían que hacer. La nueva variante social debe equilibrar esa situación. Al respecto, el Ministro de Defensa de Holanda, Hans Hillen, declaró: “Diez de cada diez muchachos y diez de cada diez muchachas deben desempeñar tareas sociales”. Hillen aclaró que “No se trata de corregir una mala educación familiar o de una sociedad que no tiene normas”.
La idea de que los jóvenes “...aprendan durante un año los jóvenes aprendan a invertir en una sociedad que será la suya” ha despertado diversas reacciones. Jasmine Hakkert, de la agencia de pasantías Stageplaza dijo: “La apoyamos completamente. Actualmente la juventud cree que todo lo que reciben es natural y llega sin esfuerzo. Está bien que tomen conciencia de que no lo trae el viento.”
¿Inalcanzable?
Esa empresa, que distribuye las pasantías reparte anualmente 15 mil puestos donde hacer prácticas en Holanda, ve positivamente ese servicio social. Hakkert agrega: “Le hará bien a los estudiantes. No solo se vincularán más a la sociedad sino que aumentarán sus posibilidades en el mercado laboral. Esto algo que apreciamos regularmente. Alguien que hace una buena práctica durante su pasantía tiene mayores posibilidades después. Sin embargo, la funcionaria tiene alguna duda y afirma. “Sin embargo, creo que un período de un año es muy largo”.
La extensión del servicio también despierta dudas en Tom Joosten. Este estudiante del último año de secundaria cree que la idea no sirve para nada y sostiene: “Eso es irrealizable ¡Un año!” En el 2009, Joosten se desempeñó como Embajador de Pasantías Sociales. Durante ese período intentó que cada estudiante de secundaria realizase una labor social de doce horas por año. “Solo 12 horas. Eso desató tantas protestas que la idea de que sea un año me parece inalcanzable.” Y luego agrega: “¡No me cabe en la cabeza!”
El Ministro de Defensa estudiará la aplicabilidad del plan. Hillen cree que le tomará entre cuatro y cinco años reintroducir el servicio social obligatorio en Holanda.
Fuente: Radio Nederland.
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