martes, 13 de diciembre de 2011

PREMIO DESMOND TUTU PARA HOLANDÉS.


En los pasados tres años, el holandés Nanko van Buuren ha rescatado a unos 1.400 niños de las bandas de narcotraficantes en Río de Janeiro, salvándoles quizás incluso la vida.

Por este trabajo en las favelas, se le ha galardonado con el Premio Desmond Tutu de la Asociación Global para la Reconciliación. Radio Nederland lo visitó en Río de Janeiro.
Nos adentramos en el distrito Vila Alianza, camino a la escuela de fútbol administrada por IBISS, una organización de salud social creada hace dos décadas por Van Buuren junto a brasileños interesados por la misma causa. IBISS emplea a 400 personas y gestiona decenas de proyectos en el área metropolitana de Río de Janeiro.

Armas o fútbol
Disponen de un extenso campo de entrenamiento, y los chicos se muestran apasionados por el deporte, aunque también vemos a un joven deambulando con un arma.
“Las armas están prohibidas en la cancha”, explica Van Buuren. “Ésa es una de las reglas. Si quieren jugar al fútbol, tienen que abandonar las armas. Es una o la otra.”
Son cada vez más los niños soldados que optan por abandonar las bandas criminales. “Les ofrecemos un refugio”, dice Van Buuren.

Balas perdidas
El programa que rescata a los jóvenes de las pandillas se conoce por el nombre de “Soldados nunca más”. “Si permaneces en las pandillas, es alta la probabilidad de que termines muerto. Disparos de la policía, o de bandas rivales, o simplemente balas perdidas”, continúa Van Buuren.
Aún así, para muchos niños la tentación es grande. “En una banda puedes ganar dinero y gozar de prestigio. Pero con nosotros pueden comenzar una nueva vida. Son cada vez más los que se nos unen, e intentamos poco a poco ganarnos su confianza.”

Policía y soldados
Las favelas ocupan asiduamente los titulares en Brasil. El Gobierno intenta mejorar la seguridad en estas zonas, aún más con miras al campeonato mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. La policía y el ejército han entrado en varias favelas, en un ardid publicitario, intentando ahuyentar a las bandas narcotraficantes.
Al caminar por la favela Vila Cruzeiro, se nota un claro cambio en el ambiente. Los adolescentes armados han sido sustituidos por patrullas militares. Sin embargo, los habitantes de la zona afirman que las bandas no se han ido; simplemente se han escondido.

Vida tranquila
Rogeiro es representante de IBISS en Vila Cruceiro, y está encargado de hablar con los niños que quieren abandonar las armas. Hasta hace poco, él mismo era miembro de una de las bandas criminales. Habla de la violencia vivida, de los asesinatos cometidos. Y también comenta sobre el lujoso estilo de vida que llevaba. “Nadábamos en dinero. A veces alquilábamos un hotel entero. Y también teníamos las mujeres más hermosas.”
Hoy día, Rogeiro está casado, y lleva una vida mucho más tranquila. Trabaja para ISISS, y también ejerce como docente. Y ahora, por nada del mundo querría cambiar las cosas.
Fuente: Radio Nederland.

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