por Pía Figueroa
Con oportunidad de la visita de Barack Obama a Chile, se le ha hecho llegar hoy a través de la encargada de protocolo de la Embajada de los Estados Unidos, srta. Angie Quackenbush, un regalo en su calidad de galardonado con el Premio Nobel de la Paz, junto a los deseos de inspiración para el uso de su influencia en la construcción de un nuevo y mejor mundo.
Pressenza, Santiago. Si otro hubiese sido el Presidente de los Estados Unidos, tal vez Libia habría sido ya invadido y seguramente Hosni Mubarak seguiría en su cargo. O tal vez no...
Pero el hecho es que, pese a que Barack Obama ha defraudado a quienes tuvieron la esperanza del desarme proporcional de las potencias mundiales, especialmente del desarme nuclear; a quienes vieron en su figura la posibilidad del retiro inmediato de las tropas invasoras; a quienes soñaron con un portavoz negro de los discriminados que pudiera generar políticas de inclusión; a todos quienes esperaron un cambio importante en la política interior y exterior de USA, pese al fracaso de esos ideales, se trata finalmente de un político que ha sido galardonado con un premio que lo distingue por acciones a favor de la paz.
Merecido o no, ese premio lo coloca en situación de escuchar las palabras pronunciadas en el Summit de los Premios Nobel de la Paz, en noviembre del 2009 en la ciudad de Berlín, por Silo: "Bien sabemos que la situación actual es crítica en todas las latitudes y está caracterizada por la pobreza de vastas regiones, por el enfrentamiento entre culturas y por la violencia y la discriminación que contaminan la vida cotidiana de amplios sectores de la población. Al día de hoy existen conflictos armados en numerosos puntos y simultáneamente una profunda crisis del sistema financiero internacional. A todo esto se suma la creciente amenaza nuclear que es, en definitiva, la máxima urgencia del momento actual. Esta es una situación de suma complejidad. A los intereses irresponsables de las potencias nucleares y a la locura de grupos violentos con posible acceso a material nuclear de reducidas dimensiones, debemos agregar el riesgo de accidente que pudiera detonar un conflicto devastador".
"Lo urgente es crear conciencia por la Paz y el desarme. Pero también es necesario despertar la conciencia de la No Violencia Activa que nos permita rechazar no sólo la violencia física, sino también toda forma de violencia económica, racial, psicológica, religiosa y de género. Desde luego, aspiramos a que esta nueva sensibilidad pueda instalarse y conmover las estructuras sociales, abriendo el camino para la futura Nación Humana Universal", exhortaba Silo a los premiados con el Nobel de la Paz que lo escuchaban en Alemania.
Y junto con ello Silo se comprometía a "retomar la “Carta para un mundo sin violencia” propuesta por los Premios Nobel de la Paz y Organizaciones Nobel por la Paz, con el objetivo de impulsar sus propuestas a lo largo de esta Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia. Estaremos muy honrados al compartir sus principios en las acciones concretas del quehacer social que con seguridad nos encaminarán hacia ese nuevo mundo que hemos mencionado".
Junto al texto de la alocusión de Silo, se la ha hecho llegar a Obama un ejemplar del libro que recoge la epopeya de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, publicado recientemente gracias al trabajo de un amplio equipo coordinado por Rafael de la Rubia.
Finalmente, se agregaron algunas palabras deseándole inspiración para poder llevar adelante sus gestiones en beneficio de un mundo nuevo y mejor, en estos días en que los conflictos sociales, políticos y ambientales no dejan indiferente a nadie.
Concurrieron al acto de entrega del presente Karina Blueh de la Fundación Laura Rodríguez, (una de las organizaciones impulsoras de la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia), Miguel Hirsch que recorriera el mundo entero como miembro del Equipo Base de esta Marcha y Pía Figueroa, por Pressenza (foto).
0 comentarios:
Publicar un comentario