Tras la dimisión ayer del primer ministro Alexis Tsipras, unos 28 diputados de Syriza indicaron que formarán la Plataforma de Izquierda o Unión Popular para aglomerar allí a los opuestos a los memorandos de la Unión Europea (UE) dirigidos a conceder créditos a este país.
La Plataforma, indican los radicales en un comunicado, buscará la creación de un frente amplio, progresista, democrático y antimemorando para cancelar los acuerdos con los acreedores, en alusión al tercer rescate de 86 mil millones de euros pactado por Tsipras.
El movimiento de los diputados desertores, que aboga por recuperar el dracma como moneda nacional y la consiguiente salida de la zona euro, representa cerca de un 30 por ciento de los miembros de Syriza, que gobierna en alianza con el partido Griegos Independientes.
Además, la Plataforma de Izquierda pretende formar ahora un grupo parlamentario independiente que se convertiría de por sí en la tercera fuerza política en el legislativo, con lo cual relegaría a un cuarto lugar a la citada agrupación de extrema derecha.
Casi la tercera parte de los 149 diputados del partido de Tsipras votó en contra de los memorandos pactados con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea que fueron aprobados gracias al apoyo de la oposición.
Los acuerdos firmados con los acreedores, cuya esencia había sido rechazada por la población en un referendo anterior, prevén recortes en materia de salud, seguridad social y pensiones, mientras exigen incrementos de los impuestos, entre otras medidas de ajuste.
El movimiento disidente dentro de Syriza es liderado por el exministro de Energía Panayotis Lafazanis.
De su lado, el titular helénico de Trabajo, George Katrougalos, consideró que el Gobierno necesita reconfirmar su mandato para aplicar el tercer programa de rescate de este país. No tenemos ningún problema para preguntar al pueblo, no queremos gobernar en su contra, apuntó.
Tsipras renunció la víspera al considerar que cumplió con su mandato de lograr una avenencia para un rescate financiero de Grecia. Para Katrougalus, la democracia funcionó en esta nación, pero fracasó al nivel de la UE, en alusión a las presiones ejercidas por el bloque, cercano al chantaje, para imponer las condiciones de un nuevo rescate, por encima de lo expresado por los helénicos en el referendo.
El caso de Grecia nunca fue un problema solo de nuestro país, sino una confrontación entre dos visiones de Europa, la social y la neoliberal, estimó el ministro.
Fuente: Prensa Latina
0 comentarios:
Publicar un comentario