Los dos países continuaron por tercer día consecutivo las negociaciones
en la Aldea de la Tregua de Panmunjom, buscando una salida a la crisis
militar que las envuelve, aunque sin rebajar el tono de sus amenazas
mutuas.
El principal escollo en las maratónicas reuniones -que abarcaron una
intensa sesión de 10 horas el pasado sábado y una ronda iniciada ayer
domingo que dura ya más de 24 horas-, es que el sur exige al norte
disculpas por la colocación de una mina que hirió a dos de sus soldados,
mientras Pyongyang rechaza tajantemente esta posibilidad.
El estado de alerta llevó a Pyongyang a movilizar a 50 de sus
aproximadamente 70 submarinos -según informó Corea del Sur-, mientras
Seúl apuró el regreso de seis de sus aviones caza que se encontraban en
maniobras, según informó la agencia EFE.
Si bien no trascendieron detalles sobre el contenido del encuentro, se
cree que ambas partes mantienen inflexibles sus posturas sobre los
principales asuntos que desencadenaron la mayor crisis militar en dos
años entre los vecinos de la península coreana.
Pyongyang exige a Seúl que apague los altavoces que emiten propaganda en
la frontera contra el régimen de Kim Jong-un, pero la presidenta
surcoreana, Park Geun Hye, rechazó poner fin a esa campaña de propaganda
a menos que Corea del Norte se disculpe.
La mandataria continuó con la escalada verbal que caracterizó al
conflicto desde su inicio la semana pasada y aseguró que Seúl "tomará
las medidas correspondientes y continuará con las emisiones a través de
altavoces".
Corea del Norte, no obstante, hasta ahora negó su implicación en el
incidente de las minas y asegura que no disparó proyectil alguno,
acusando a Seúl de haber inventado los hechos.
Durante las negociaciones de paz, por otra parte, ambos gobiernos no
dejaron de exhibir músculo militar y lanzar advertencias y amenazas al
otro.
Seúl y Washington están estudiando el despliegue de "activos militares
estratégicos estadounidenses" en Corea del Sur, que podrían incluir,
según fuentes militares citadas por EFE, un submarino con capacidad
nuclear y el bombardero estratégico
subsónico de largo alcance B-52 Stratofortress, equipado con potentes
bombas antibúnker, informó el Ministerio de Defensa surcoreano.
Ante la perspectiva de que este despliegue aumente la tensión, crece el
temor de que Kim Jong-un lo considere una amenaza directa a su
seguridad, lo que constituiría un nuevo obstáculo para las
conversaciones de paz.
Corea del Norte calificó la situación actual como un "cuasi estado de
guerra", y anunció que mantiene desplegado a su Ejército para el
combate, mientras 20 lanchas de desembarco anfibio en aguas fronterizas
con el Sur ya están listas, indicaron fuentes militares a la agencia
surcoreana Yonhap.
La posibilidad de que se desate un conflicto depende del resultado de
las maratonianas rondas de diálogo 2+2 protagonizadas por cuatro de los
funcionarios más influyentes de Seúl y Pyongyang.
Norte y Sur permanecen técnicamente enfrentadas desde la Guerra de Corea
(1950-53), que finalizó con un armisticio nunca reemplazado por un
tratado de paz definitivo.
Como herencia de aquel conflicto, Estados Unidos mantiene 28.500
soldados en Corea del Sur y se compromete a defender a su aliado en caso
de producirse un conflicto armado con el régimen de los Kim.
Fuente: Télam
lunes, 24 de agosto de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario