BRACELI: "LOS LIBROS NECESITAN AFRONTAR EL AZAR DE LA INTEMPERIE".

"La iniciativa de distribuir libros en las canchas es una ocurrencia extraordinaria.
Hay que sacar los libros de las librerías. Los libros necesitan afrontar el azar de la intemperie", dice a Télam el escritor Rodolfo Braceli en relación a "Pasión por leer", una de las estrategias que promueve la lectura en ámbitos no convencionales.

Buenos Aires, Argentina. "Repartir libros en las canchas es un modo de arrojar semillas. ¿Qué, a las semillas se las lleva el viento? Perfecto, que se las lleve. El viento sabe lo que hace. Lo que nos hace", desliza el autor de cuentos futboleros que no oculta el deseo de que alguno de su autoría se distribuya en las tribunas argentinas.
"Sería mejor que un premio lograr que un relato mío sea uno de esos", afirmó. La temática de los títulos repartidos se arraigan en el deporte, cuestión significativa para Braceli porque cautiva nuevos lectores pero no sólo eso: "lo más importante es que muchos tengan ese primer contacto, físico, con el libro. Un paso y otro más y otro más: así se aprende a caminar y así se adquiere el prodigioso hábito de la lectura".
Respecto al mito que niega la relación lectura-fútbol, el ensayista, dramaturgo y autor de una veintena de libros considera "una canallada elitista, una expresión de deseo para consolidar el elitismo. Entre los apasionados por el futbol se lee y no se lee tanto, al igual que entre los apasionados por el rock, por el tango, por las artes marciales, por la aviación".
Braceli subraya que "el fútbol para todos debe, cada vez más, ser para todos. No debe quedar rincón del país sin poder compartir el mismo partido. Eso es federalismo y es equidad. Por supuesto que con el mismo criterio se debiera fogonear la `literatura para todos´, el `arte para todos´".
En relación a la lectura y el déficit que ésta míticamente supone, el autor de "Perfume de gol" y "De fútbol somos", argumenta que "puede ser que haya un déficit de lectura, porque hay una sobredosis de televisión. Pero de eso no tiene la culpa la televisión...".
"Si de culpas se trata pienso que las máximas culpas están en los elefantes medios de des-comunicación. No les importa un carajo el analfabetismo y, además, contribuyen a la analfabetización", remata.
Fuente: Télam.