martes, 21 de diciembre de 2010

NÉSTOR ELÍAS: “FUI A LLEVAR AFECTO GENUINO A UN LUGAR QUE DIFÍCILMENTE SIRVA PARA RECUPERAR A NADIE".


Entrevista a Néstor Elías.
El periodista y conductor de "Troyanos del sistema" visitó el IRAR en su paso por Rosario.


Rosario, Argentina. Invitado por el colectivo de acompañantes de los adolescentes sujetos a encierro, Néstor Elias visitó el Instituto de Recuperación del Adolescente de Rosario (IRAR).
En el IRAR se puso en marcha una amplia agenda cultural que incluye talleres literarios y de teatro, espectáculos de magia, títeres y presentaciones de libros durante diciembre. En ese marco, y a través de Mauro Testa uno de los coordinadores de dicha agenda el pasado miércoles 15 tuvo lugar la presentación del libro “Del trazo que brotan los Rostros del Mundo”, a cargo del autor. La actividad se encuadró en el espacio literario coordinado por el poeta Fabricio Simeoni y el colectivo de acompañantes juveniles del instituto, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
“Fue una magnífica experiencia compartir con los chicos, no sólo aspectos literarios sino vitales”, le dijoNéstor Elias a un medio porteño que lo consultó al respecto.
“Verles las caras, saber sus historias, tocarles el corazón, en fin, aprender de ellos a eso fui… ¿que les puedo yo enseñar a esos adolescentes? chicos que no han tenido una oportunidad de estudiar o trabajar dignamente. Habitados por ausencias, excesos y tragedias, con la inocencia intacta por falta de uso y los cuerpos marcados a causa de la autoflagelación y el maltrato ajeno…” – siguió Elias - “Fui a llevar afecto genuino a un lugar que dificilmente sirva para recuperar a nadie, algo tenemos que hacer como sociedad para cambiar la mirada y transformar esta realidad absurda, no podemos tener a nuestros chicos así”
Ante la consulta periodística sobre el sistema carcelario que se vive en estos establecimientos el conductor Troyano comentó “Lo que si me impresionó muy bien fue el trabajo que vienen desarrollando desde el colectivo de acompañantes y sus efectos. Hay que ver como los tratan los chicos, con cuanto afecto y como los escuchan. Es un esfuerzo enorme el que están haciendo para humanizar un instituto que la propia sociedad rosarina no quiere mirar, como sucede en otras partes del país. Está muy presente la mirada juzgante que entiende que el problema es el jóven y no la sociedad que lo despojó de su vida, eso hay que cambiarlo”

Por último,el autor de “Los pies en el Barro.Diálogos en el Pueblo Q’om” concluyó
“Los chicos me pidieron que hable de lo que vi ahí adentro. De lo que ellos me contaron y eso iremos haciendo. Es un compromiso con ellos, es decir, conmigo mismo”.

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