lunes, 20 de diciembre de 2010

LA PERCUSIÓN, EJE DE LO CUBANO EN EL JAZZ.


La Habana, 20 dic (PL). Experiencia y juventud se dieron la mano en talento y conocimientos durante el VI Coloquio Internacional del Festival jazz Plaza 2010, recién concluido en esta capital.
Durante tres días, ponencias, conferencias, presentaciones de libros y un material fílmico culminaron con una presentación especial de figuras de alto nivel en el ámbito percusivo cubano como son José Luis Quintana "Changuito", Enrique Plá, Yaroldys Abreu y Oliver Valdés.
En la sede histórica de estos festivales, la Casa de la Cultura Plaza, se desarrolló nuevamente un ejercicio intelectual y sonoro de primerísima magnitud. Entre ellos la conferencia brindada sobre Chico Farrill, un patriarca cubano también en el jazz, por parte de su hijo Arturo.
El mejor testimonio que puedo dar de lo que en estos días sucedió en la casona del capitalino barrio de El Vedado fue el panel que moderé, La percusión en la génesis y el desarrollo del latin jazz, aunque advertí en la introducción que prefiero llamarle jazz latino.
Tener a Don Pancho Terry, Giraldo Piloto y Yaroldys Abreu en la misma mesa representó un profundo orgullo:
El primero -un veterano- es el gran maestro del chekeré y un innovador y solista en su interpretación en el jazz. Por algo Wynton Marsalis le invitó a sumarse a su orquesta en su reciente visita a Cuba.
El segundo -de generación intermedia- es el director de Klímax, compositor, arreglista y productor, un profundo conocedor de la batería y privilegiado heredero de su tío Guillermo Barreto, una leyenda del jazz en nuestro país.
Ell tercero -el más joven de los ponentes- es un digno sucesor de los admirados Chano Pozo, Tata Güines y Angá, que demuestra ahora ,junto a Chucho Valdés y su cuarteto de lujo, por donde van los caminos de la tumbadora en el jazz contemporáneo.
Fueron mencionados con letras de oro Ubaldo Nieto y Francisco Aguabella, percusionistas de la orquesta de Frank Gillo (Machito) cuando en 1943 nació, de forma improvisada, uno de los himnos fundaciones del jazz latino, Tanga.
También fueron mencionados Israel Rodríguez, primer tumbador en subir a un escenario con el conjunto de Arsenio Rodríguez, allá por 1940, y Carlos Vidal, que apareció con Machito y sus Afrocubanos en 1943, tres años después de fundada esa orquesta.
Quienes ahora les rindieron tributo aportaron excelente información y análisis que confirman lo aseverado en el título de esta nota: La percusión fue eje de lo cubano en el jazz.
Fuente: Prensa Latina.

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