En 2009 Bolivia vivió todo el proceso de promulgación
de una nueva Constitución, que entre muchas otras innovaciones incluye
el paradigma del Buen Vivir, que se expresa en los valores nacionales de
unidad, igualdad, dignidad, libertad, reciprocidad, respeto,
complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de
oportunidades, responsabilidad, distribución y redistribución de los
productos y bienes sociales.
Es en base a este concepto que Evo Morales ha
promovido la creación de los derechos de la Pachamama que, según él
sostiene, tendrían que ubicarse por sobre los Derechos Humanos.
Frente a la depredación y destrucción masiva de los
diferentes ecosistemas, el Buen Vivir cuestiona al modelo de desarrollo
argumentando que no conduce a ningún progreso, Lo que llamamos
desarrollo no es más que un crecimiento que se refleja en modelos de
consumo cada vez mayores, basados en la competencia y el individualismo,
la violencia, la discriminación y por cierto la destrucción de los
recursos naturales así como la contaminación.
En cambio el Buen Vivir hace referencia al ancestral
paradigma comunitario de la cultura de la vida para vivir bien y su
diferencia de otros modelos comunitarios es que los pueblos indígenas
originarios consideran a la naturaleza como parte de la comunidad o, al
revés, se consideran parte de un entorno mayor que incluye al reino
vegetal, animal y al ecosistema en su conjunto.
Por su parte el Ecuador, en su nueva Constitución del
año 2008, declara de interés público la conservación de los
ecosistemas, la biodiversidad, la integridad del patrimonio genético del
país, la prevención del daño ambiental y la recuperación de los
espacios naturales degradados. Señala también el derecho al acceso
seguro y permanente a alimentos sanos, suficientes y nutritivos;
preferentemente producidos a nivel local y en correspondencia con sus
diversas identidades y tradiciones culturales. El Estado del Ecuador se
declara promotor de la soberanía alimentaria.
De esta manera, Ecuador reconoce el paradigma del
Buen Vivir como base de sus planes futuros y un ejemplo bien concreto es
la reciente propuesta Yasuní-ITT del presidente Rafael Correa.
El país cuenta con una reserva de 846 millones de
barriles de petróleo ubicadas bajo el Parque Nacional Yasuní en plena
Amazonía ecuatoriana. Este parque es uno de los más importantes del
mundo en términos de biodiversidad y la explotación del petróleo
implicaría una gran devastación ambiental, por lo que la iniciativa
Yasuní-ITT busca la recaudación de fondos internacionales públicos y
privados equivalentes al 50% de los beneficios que obtendría el Estado
ecuatoriano si explotara el petróleo.
Estos fondos serán administrados por el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo e invertidos por Ecuador en el
desarrollo de fuentes de energía renovables, mantención de los
ecosistemas, reforestación de zonas degradadas, promoción del empleo
sustentable y mejoramiento de la eficiencia energética del país.
Esto logrará evitar la emisión de 407 millones de
toneladas de CO2 al ambiente, cantidad mayor que la que actualmente
emiten países como Francia o Brasil anualmente, por lo que esta no
emisión equivale a las inversiones en bonos de carbono.
El Buen Vivir es un concepto amplio y complejo, que
ha demostrado históricamente ser efectivo. No plantea un regreso a
etapas anteriores, sino la incorporación de una mirada ancestral para el
bien común del planeta. Esta mirada define trece saberes fundamentales
para la vida en equilibrio entre las distintas especies, lo que para el
ser humano implica saber trabajar, saber comer, saber beber, saber dar y
recibir, saber amar y ser amado, saber dormir, saber soñar, saber
caminar, saber escuchar, saber pensar, saber hablar, saber danzar.
Fuente: Pressenza
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