por Stella Calloni (para Télam)
Este fue "un diciembre negro" para las derechas que suelen perderse en
sus complejos laberintos produciendo con su irracionalidad, efectos
precisamente contrarios a los objetivos que se proponen.
Una serie de hechos paradigmáticos han marcado a fuego las oleadas
aparentemente ofensivas de la derecha latinoamericana, que en
realidad resultan defensivas, cuando los avances registrados por los
gobiernos democráticamente elegidos en la región, cuestionan los
antiguos e inamovibles privilegios de otros tiempos.
La derecha local pretendió acorralar al gobierno de la presidente
Cristina Fernández de Kirchner, con la lamentable participación de
alguno que otro sector "progresista", aprovechando lo actuado por el
Fondo Buitre NML y aparecieron ante la población sin máscaras, revelando
su complicidad con los depredadores en su ataque directo a la soberanía
nacional.
Subestimaron la capacidad de defensa de nuestros pueblos y fueron
sorprendidos por la dialéctica con que manejó la situación nuestro país,
advirtiendo a los bancos del poder hegemónico que un paso en falso
como garantes de la reestructuración de una deuda en países en crisis
acabaría con la credibilidad del sistema bancario, y dejaría sin salida a
unos y a otros.
También trajo como consecuencia las investigaciones sobre estos Fondos
Buitres y su accionar de saqueo contra países acorralados.
Esta y otras sutiles estrategias llevaron al fallo del 28 de noviembre
pasado cuando la justicia de Estados Unidos congeló la aplicación de la
resolución dictada por el juez Tomás Griessa contra Argentina y en
defensa de los Fondos Buitres NML.
De allí a la decisión del Tribunal del Mar en Hamburgo que ordenó la
liberación inmediata de la Fragata Libertad y confirmó la ilegalidad de
la medida tomada por la justicia de Ghana. El 17 de diciembre se conoció
que la Corte Suprema de Bélgica falló a favor del gobierno argentino
levantando también el embargo sobre sus cuentas diplomáticas que había
sido dispuesto a solicitud del Fondo Buitre NML. Un asombroso silencio o
minimización sobre este triunfo en los medios masivos de comunicación
argentinos reveló la lamentable complicidad de estos con "los buitres".
De esta situación no tiene regreso la derecha local y sus asociados.
Quedó "escrachada" en el mejor término que encontraron los jóvenes para
señalar frontalmente a responsables de delitos de lesa humanidad en la
pasada dictadura militar (1976-1983). El largo aleteo del buitre quedó
suspendido en el aire, dejando un precedente jurídico muy importante
para todos los países del mundo.
En Venezuela una derecha amoral festejaba la enfermedad del presidente
Hugo Chávez Frías, a cuyo magnicidio invitaron una y otra vez, cuando la
sorprendió el triunfo arrasador del oficialismo en las recientes
elecciones gubernamentales del pasado 16 de diciembre en 20 de los 23
estados con la recuperación de algunos estratégicos y estando ausente
el mandatario.
Este triunfo dio por tierra con las primitivas ilusiones de los sectores
derechistas perdidos en otros laberintos y cuya dependencia de
recursos externos ha resultado en una limitación más, a medida que los
pueblos ganan conciencia y participación.
Otro ejemplo cercano fueron los resultados de los comicios municipales
de Brasil donde los partidos de derecha estaban seguros de haber
golpeado la yugular del gobernante Partido de los Trabajadores, al
lograr la vergonzosa condena de uno de los más antiguos dirigentes
petistas como es José Dirceu, por presuntos actos de corrupción.
Aunque esos actos no fueron demostrados con la probatoria que demanda
la justicia en cualquier lugar del mundo, la condena de Dirceu fue
utilizada por la poderosa derecha brasileña, dueña de los mayores medios
de comunicación, para intentar incidir en la voluntad popular en los
comicios recientes.
Se intentaba así frenar toda posibilidad de una reelección para la
presidenta Dilma Rousseff o un posible retorno de Luiz Inacio "Lula" da
Silva al gobierno en el 2014.
Los grandes medios de comunicación juzgaron a Dirceu antes que los
jueces y dictaminaron su condena también antes que éstos. La acusación
se basó en artículos de esos propios medios, sin comprobación posterior.
Fracasaron.
Podemos citar casos en cada uno de nuestros países para entender que
estamos ante una escenografía cada vez más compleja para esa derecha.
Los pueblos de América Latina están ganando estas batallas profundamente
democráticas, y la dinámica de los cambios políticos asusta a las
envejecidas derechas continentales lo que hace más virulentos sus
zarpazos. Es bueno conocer a fondo sus juegos de baja intensidad, para
que nada nos sorprenda en los tiempos que vendrán.
Fuente: Télam
viernes, 21 de diciembre de 2012
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