París, 10 ago (PL). El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, hizo hoy un alto en sus vacaciones estivales ante la gravedad de la crisis financiera internacional, con una reunión que apenas abrió el camino hacia nuevas medidas internas.
Luego de las sacudidas de las bolsas en el mundo, con dos secuelas estremecedoras los pasados jueves y lunes negros, Sarkozy exigió propuestas concretas a sus colaboradores y dejó los temas pendientes a dos encuentros el 17 y 24 de agosto.
"Volveremos a sentarnos a la mesa de análisis dentro de una semana, para tomar las decisiones pertinentes el 24 de agosto. Estamos en la buena dirección", aseguró a los periodistas François Baroin, ministro francés de Economía y Finanzas.
Baroin, acompañado de Valérie Pécresse, titular de Presupuesto, habló con los medios en la entrada principal del Palacio del Elíseo, que se encuentra en labores de remozamiento y reparaciones, cuando se creía iba a permanecer en calma durante el verano.
El jefe de Estado pidió a su primer ministro, François Fillon, al igual que a Baroin y Pécresse, que presente iniciativas para permitir a Francia enfrentar en las mejores condiciones posibles los vaivenes del mercado.
Tenemos la disposición absoluta, como reafirmó hoy el presidente de la República, de alcanzar los objetivos en materia de déficit público. Lo hemos hecho con el presupuesto de 2011 y nos trazamos matrices más estrictas hacia el 2012, apostilló Baroin.
Aunque desde la propia calificadora de deudas Standard and Poors se emitieron señales tranquilizadoras sobre la triple A de Francia -la misma que le fue retirada a Estados Unidos-, los economistas afirman que París está en remojo.
Por esa razón, la administración conservadora de Sarkozy quiere alejar los peligros.
Además de los mencionados, el encuentro de hoy en el Elíseo contó con la presencia del canciller, Alain Juppé, y el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer.
Fuente: Prensa Latina.
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