sábado, 27 de agosto de 2011

CHILE: PARO NACIONAL.


por Leonardo Varas

Multitudinaria marcha pacífica con alrededor de 50 mil personas Un festival lleno de colorida creatividad, música y baile, disfraces, grandes banderas, y hasta un gran caballo de Troya. Todo tipo de agrupaciones: estudiantiles, gremiales, políticas, incluyendo incluso una barra de fútbol clamando por educación gratuita.

Pressenza, Santiago de Chile.
Poco a poco ha ido creciendo la reacción anti-violencia de los mismos manifestantes que intensamente han combatido contra los grupos violentistas que en cada oportunidad toman el destrozo como metodología y cuyas acciones, sin gran fundamento, no representan los objetivos del movimiento social.
Pero en esta ocasión, ha llamado la atención un valiente grupo de manifestantes que se interpuso entre los policías que se encontraban bloqueando el paso hacia la Casa de gobierno y un gran grupo de manifestantes, entre ellos los infaltables encapuchados.
Este grupo resistió alrededor de una hora y cuarto ubicados delante de la policía, discutiendo con el resto de manifestantes que intentaban atacar a los policías, lanzando toda clase de objetos. Ellos mismos se vieron expuestos a recibir limones, palos, basura e incluso botellas.
La resistencia ante las manifestaciones violentas fue en gran medida espontánea. Sin embargo, nos cuenta Felipe Gacitúa (22 años) que junto con un grupo de 5 amigos simpatizantes de la filosofía de la no-violenta del movimiento Siloísta, nos cuenta: “vinimos a ver como podríamos resistir la violencia­, a improvisar teniendo entre las tácticas la persuasión como principal arma­”.
Él y otras personas con las mismas intenciones comenzaron la resistencia.
Pese al descontento producido por el desenlace final, ya que finalmente la violencia hizo imposible seguir resistiendo, Felipe comenta que quedó motivado para seguir trabajando: “tengo muchas ganas de profesionalizarme­ y crear alguna especie de instructivo frente a estos casos­. Probé varias tácticas, como por ejemplo como abrazar a los resistentes que se molestaban y decirles que no respondieran frente agresivamente a los que los provocaban­”.
Patricio Lastra (25 años) comenta que acudió a la marcha a filmar para un cortometraje. En el momento en que se encontró con la resistencia dejó de filmar para sumarse activamente: “el acto de oponerse de esa manera a la violencia era una situación que yo imaginaba como la que tenía mayor sentido dentro de todo el panorama […] y dentro de todo eso... el adherirme a la oposición me deja con un gusto a: prestigio, valentía, nobleza, humanidad, sentido”.
Como es de costumbre, los medios no dieron gran cobertura a este hecho que nos recuerda la valentía liderada por Ghandi, quedando el foco puesto en los disturbios posteriores.

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