viernes, 19 de agosto de 2011

EL GOBIERNO DE SARKOZY PREPARA UNA NUEVA OLA DE EXPULSIONES DE GITANOS RUMANOS Y BÚLGAROS.


Así lo han hecho público diversas personalidades francesas y algunas de las organizaciones mayormente comprometidas con la defensa de los gitanos. El Gobierno francés de Nicolás Sarkozy ha seguido practicando, desde el verano del año pasado, toda clase de presiones para conseguir que los gitanos rumanos y búlgaros, ciudadanos comunitarios, salgan definitivamente de Francia.

Pressenza, París. Y para ello se utilizan todas armas de presión social inimaginables.
Hace menos de una semana, en Marsella, alrededor de 100 gitanos, entre ellos unos 30 niños, asentados fuera del casco urbano, a la entrada de la ciudad, fueron desalojados por la policía. La orden fue expedida a petición del alcalde de Marsella, quien pertenece al mismo partido del presidente francés. En la orden de evacuación de las familias se dice que constituyen "una amenaza seria al orden público".
En el norte de Francia, cerca de la ciudad de Lille, el alcalde de La Madeleine, Sébastien Laprètre, ha dictado dos ordenanzas: una prohibiendo la mendicidad y la otra prohibiendo que los mendigos busquen comida o cualquier otra cosa en los recipientes de basura instalados en las calles. Y para que no quede la más mínima duda de quienes son los destinatarios de ambas órdenes estas han sido redactadas en rumano y en búlgaro. (Suponemos que nadie ha advertido al alcalde de que la mayoría de quienes buscan alimento en los papeleros no saben leer ni escribir).
El informe realizado por Médicos del Mundo (MDM) en relación con las trágicas consecuencias de la política deportadora del gobierno francés, dice:
Jean-François Corty, que es el director de proyectos de MDM en Francia, ha manifestado que "en algunos campamentos hemos llevado a cabo acciones similares a las de las zonas en guerra. Por ejemplo, en Seine-Saint-Denis hemos distribuido material de primera necesidad porque sus necesidades vitales, como el acceso al agua potable, no están cubiertas".
Los gitanos rumanos y búlgaros tienen miedo, mucho miedo a ser expulsados. Por eso han abandonado su atención sanitaria. Desde que el año pasado Sarkozy iniciara por estas fechas la persecución contra ellos, han dejado de ir al médico. El resultado ha sido que en Nantes, Burdeos, Marsella y Estrasburgo solo el 8% tiene una cartilla sanitaria que certifique que le han puesto las vacunas oportunas. La aplastante mayoría de las personas del grupo analizado no está por lo tanto protegida contra enfermedades corrientes o incluso mortales. "La violencia de las expulsiones produce una supresión de la atención sanitaria", ha manifestado Jean-François Corty.
Las gitanas sufren de forma muy especial esta persecución. Lo dice Médicos del Mundo: Solo una de cada diez mujeres tiene un seguimiento durante el embarazo por lo que la mortalidad neonatal, es decir la de los niños gitanos que mueren durante el primer mes de su vida, es nueve veces superior a la media de los niños "gadches" franceses.
El Gobierno francés está utilizando la medicina como un arma política de represión de los gitanos lo que constituye, según Jean-Fraçois Corty, "un sinsentido desde el punto de vista de la ética médica". En el país vecino existe la Ayuda Médica Estatal de la que dependen la inmensa mayoría de los gitanos. Desde el uno de marzo esta ayuda está sujeta a una cuota anual. El resultado ha sido desolador: de todos los gitanos entrevistados por Médicos del Mundo el 77 por ciento no tiene acceso a la Ayuda Médica Estatal. Y las consecuencias no se han hecho esperar: los casos de tuberculosis son extremadamente numerosos.
Por otra parte, durante el mes de agosto se transmite "Mentes Criminales" el programa de TV de La Cuatro que, como el nombre de la serie indica, presenta a los gitanos como verdaderos demonios. También "Mi Gran Boda Gitana" auténtico bodrio, racista y ofensivo, emitido por Antena3, algunas de cuyas secuencias son claramente constitutivas de delito con el Código Penal en las manos.
Malos vientos corren por la Europa víctima de la crisis, del paro, de la economía sin conciencia y de una parte de la clase política tan alejada de la cruda realidad cotidiana. Una lástima que sea el presidente de Francia, cuna de la Ilustración, quien tire por la borda los luminosos principios que en el Siglo de las Luces proclamaron los pensadores que basaron en el Derecho Natural el derecho que tienen todos los hombres a la vida y a la libertad.

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