La creación de un Banco regional puesto como propuesta concreta tras la firma del “Convenio Constitutivo del Banco del Sur, firmado en Porlamar, Isla Margarita, República Bolivariana de Venezuela, el día 26 de septiembre de 2009, por los Presidentes de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma; de la República Federativa de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva; de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado; de la República del Paraguay, Fernando Lugo Méndez; de la República Oriental del Uruguay, Tabaré Vázquez Rosas y de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías”, resulta un acto de alta inteligencia política para los pueblos de América del Sur.
Después de décadas signadas por la fragmentación de la región, la escasa incidencia en el concierto internacional de naciones, la subordinación casi automática de algunos gobiernos –sobre todo en la década de los 90- a los designios de los organismos financieros de crédito, en especial el FMI y tras el fracaso estrepitoso de estas políticas que en la Argentina devinieron en la crisis con epicentro en 2001; la necesidad de realzar la unidad de nuestros países y alcanzar un nivel de independencia político-financiera de los grandes centros del poder mundial fue interpretada correctamente por los presidentes suramericanos que dieron origen a un proceso virtuoso del cual podemos estar orgullosos.
“El Banco del Sur tiene por objeto financiar el desarrollo económico, social y ambiental de los Países Miembros”. Buscará el desarrollo equilibrado de la región, privilegiará el financiamiento de proyectos que propendan a la soberanía alimentaria y energética, la elevación social, la mejor atención de la salud, la defensa de los recursos naturales y el desarrollo de las áreas del conocimiento.
Estamos en los albores de una propuesta y deberá observarse en su desenvolvimiento posterior si logra en plenitud todos sus objetivos. De lo que no puede quedar duda es que el Banco del Sur es necesario y útil para el desarrollo independiente y sostenible de la región. Esta fundado en la técnica general del sistema financiero, que es correcto; pero sosteniendo en principios y valores propios de nuestras comunidades. Esto es lo que lo hará grande, más temprano o más tarde. Por eso la ratificación del Convenio Constitutivo del Banco del Sur por parte del Congreso Nacional Argentino representa uno de los grandes pasos en el camino definitivo hacia la Unidad Latino Americana.
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