
por Ester Previtera
Al esparcir las cenizas de Luis Gardey luego de las ceremonias realizadas en su memoria en el Parque de Estudio y Reflexión de Punta de Vacas, recorremos la historia del Movimiento Humanista, desde cuando se invitaba con pintadas en los muros para la arenga que diera Silo de "La curación del sufrimiento" del 4 de mayo del 1969 en este mismo lugar.
Pressenza, Punta de Vacas. Luis era entonces un joven estudiante de 18 años, pero ya venía participando desde hacía más de un año y con ese entusiasmo juvenil realizó viajes a Chile, Brasil y también dentro de Argentina, llevando a cabo los trabajos encomendados en ese tiempo.
Fue en la década del 80 cuando se comienzan a organizar los Partidos Humanistas en todos los países y Luis cumple una función de fundador junto a otros amigos a nivel provincial y nacional. Fue presidente y secretario general del PH desde 1984 a 1990.
Un anhelo personal que lo movilizaba profundamente era realizar un efecto demostración de transformación personal y social profunda en el medio más próximo como el barrio o comuna para que, desde ahí, se pudiera influir a nivel provincial y nacional.
Para ese entonces Luis comienza a tener una capacitación especial en torno a estos temas donde canaliza su vocación universitaria por lo político y social continuando una sólida formación que va a volcar en el Partido Humanista y más adelante en la producción del primer periódico mensual de Mendoza llamado "El Activo", especializado en la temática político - social de la provincia con visión humanista.
Casado con Yenny Merino, tuvo tres hijos: Paul, María Celeste y Mariana.
Era muy común llegar a la terminal de ómnibus en Mendoza dónde Luis tenía una panadería y además hacía el acopio de la información política y social que llegaba de Chile, del resto del país y de la provincia que él diligentemente estudiaba, recopilaba e ideologizaba lo que acontecía en la región y el mundo, conocimiento que compartía solidariamente con quienes circulábamos por el lugar.
Dentro de los privilegios que tuvo Luis fue contar con las reiteradas visitas del Maestro Silo a su casa. Doy mi testimonio que pude compartir, gracias a la generosidad de Luis de invitarme cuando tenía alguna señal de que Silo iba a pasar por su casa. En estas ocasionales visitas pude compartir las explicaciones preliminares del libro de Silo: “Experiencias Guiadas” y también el prólogo de otro llamado “Mitos Raíces Universales”, además de escuchar numerosos futuribles en el campo social y humano que mientras las oía, en el presente, me parecía difícil de imaginar que eso mismo iba a ocurrir…. Hoy puedo decir con total certeza que aquellos pronósticos fueron adelantadísimos a la época.
Otros de los privilegios que compartí con mi camarada y amigo fue la invitación que nos hizo el Maestro Silo a su casa cuando nos reprodujo los estudios realizados en Corfú en el año 74. En ese entonces Luis llegaba como buen panadero, con enormes bolsas de tortitas que al Maestro le gustaban muchísimo acompañadas con buen café, mientras escuchábamos la risueña exposición de Silo sobre su doctrina y de fondo se oía el crujir de los leños en la estufa de la sala.
Con el tiempo se fueron organizando otros organismos del Movimiento, y Luis en su época más reciente participó del Centro de Estudios Humanistas, su enfermedad lo alcanzó mientras hacía un aporte en el tema del ”Racionalismo y su influencia en el pensamiento actual”.
Para quienes tuvimos la oportunidad de ser amigos y camaradas de Luis sabemos que fue comprometido, estudioso y bondadoso.
Finalmente descubrí al amigo Maestro... en estos días de junio de 2011 cuando lo escuché hablar de su enfermedad Luis, con total lucidez, serenidad y compromiso con su existencia se planteaba la posibilidad de mejoría con un tratamiento médico o de ir hacia los espacios profundos y sagrados tal cual lo plantea Silo en su Mensaje Trascendental. …y ahí mientras nos unía un silencio cómplice, registré que al amigo, camarada y Maestro Luis nada malo le podía ocurrir.
0 comentarios:
Publicar un comentario