Mar del Plata. El entrañable espectáculo de José María Vilches, “El Bululú” La continuidad del encantamiento protagonizado por Osqui Guzmán, estrenará este lunes 3 de enero a las 21, en el Teatro Melany, del Centro de Arte MDQ RadioCity+Roxy+Melany, San Luis 1750 y se presentará todos los lunes y martes de esta temporada.
Además el jueves 6 de enero estará en Cine Teatro Paris de Necochea; el sábado 8 se mudará al Teatro Abel Santacruz de Miramar y el viernes 14, subirá a escena en la Casa de la Cultura de Villa Gesell.
La pieza tendrá entradas populares con un precio fijo de 40 pesos para que todos la puedan disfrutar; y está dirigida por Mauricio Dayub, en versión de Osqui Guzmán y Leticia González de Lellis y se incluye en el marco del Convenio entre este Centro de Arte y el Teatro Nacional Cervantes.
Parece que este “farsante que antiguamente representaba él solo en los pueblos por donde pasaba una comedia, loa o entremés, mudando la voz según la calidad de las personas que iban hablando” (al decir de la Real Academia sobre el Bululú) se tomó su tiempo para reaparecer por estos lares. Seguramente estaría esperando un intérprete que deslumbrara y encantara del mismo como lo hizo aquel otro Bululú por los años ´70.
Osqui Guzmán cumple con esas condiciones de deslumbrar y encantar, con encanto y brillo propio, porque al tomar como punto de partida aquel Bululú de José María Vilches y entroncarlo con sus historias de vida (en cuanto al comienzo y desarrollo de su vocación y oficio se refiere) le otorga nuevas voces, gestos, cadencias y armonías.
La versión que el propio Osqui Guzmán y Leticia González de Lellis realizan promueve constantemente emociones, ya que no remozan un espectáculo anterior sino que le dan una impronta propia al hacer eje en la relación que Guzmán estableció con el Bululú anterior, y cómo este influyó en la vida del actor. Sucede así el mejor homenaje que cualquier actor pudiera esperar: el de la continuidad del encantamiento.
Mauricio Dayub en la dirección, permite que el histrionismo del actor se ponga al servicio de los personajes en un justo equilibrio, esquivando desbordes y distorsiones; también se observa una cuidada delicadeza en todas las transiciones del espectáculo (que no son pocas) posibilitando bellos momentos de mixtura (la poesía de Lorca al ritmo de una caja y un cajón peruano es un claro ejemplo).
La iluminación y escenografía de Graciela Galán crean la ilusión de lo trashumante, y es un punto altísimo en esta pieza, el hermoso y funcional vestuario creado por Gabriela Aurora Fernández.
Volvió El Bululú, en realidad nunca se fue, sólo estaba de gira buscando nueva voz y cuerpo, y la encontró en el actor Osqui Guzmán.
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