lunes, 31 de enero de 2011

LA NOVELA DE MILAGRO SALA Y CHARLY GARCIA EN EL CONRAD DE PUNTA DEL ESTE.


por Pedro Raúl Noro *

La serie de barbaridades, por no decir boludeces (perdón por la grosería), que tejieron algunos medios en torno a la presencia de Milagro en el Conrad de Punta del Este, para escuchar un recital de Charly García, ha superado mi capacidad de asombro. Es que la discusión sobre ese tema no solo es banal, inútil, pacata e innecesaria, sino también ridícula, discriminatoria y demostrativa del pobre nivel de conciencia que adolecen algunos periodistas (?) argentinos.

Pero la difusión pública de tal espisodio, con la evidente intención de perjudicar a mi pareja, vale una breve explicación.Veamos entonces los hechos objetivos:
Quien esto escribe pertenece a una familia de clase media, de cierta prosapia provinciana y originalmente conservadora. Tiene además, un primo hermano en Punta del Este, dueño de una casa de artesanías. Mi sobrino estuvo allí en los primeros días de enero y me contó que Sergio -el primo en cuestión, a quién hace mucho tiempo que no veía- preguntó por mi y al enterarse que estábamos por tomar unos días de descanso en el Uruguay (como lo hacemos todos los años en La Paloma, La Pedrera, Punta del Diablo o Maldonado), nos invitó a visitarlo con entusiasmo. Pero además, en Punta, estaba veraneando otro primo hermano de ambos, ex juez de familia de la nación, junto a su señora, camarista de un tribunal de alzada en Buenos Aires, con quienes mantengo una vieja y cordial relación.
Eso nos decidió, a Milagro y a mí, a rentar una casa en Maldonado –que tiene unas playas tranquilas y hermosas-, cosa que hicimos junto unos amigos, dividiendo los gastos, como cualquier grupo común y corriente. Por supuesto, además de recorrer y gozar varias playas (por ejemplo de La Paloma), visitamos a los mencionados parientes y recordamos historias añejas y nostálgicas. Allí nos enteramos, además, que Charly iba a estar en el Conrad de Punta y decidimos hacer el esfuerzo de concurrir a verlo. Nunca lo habíamos visto en vivo y en directo y era esa una oportunidad, quizás única, para escuchar a ese extraordinario músico popular.
Lo de Charly, extraordinario. Fuimos contagiados con su magia; entonces comprendimos porque convoca seguidores incondicionales y sigue encantando a la gran mayoría de los que lo escuchan a pesar de sus problemas.
La novela de Milagro en Punta del Este (donde nunca estuvimos alojados) fue solo eso: playas tranquilas en Maldonado y otras localidades, añoranzas familiares amables, historias de vida y lo de Charly. Muy poco de política, y nada, nada de hipocresías ridículas y propias de famosos y celebridades banales, fútiles, que ni siquiera alcanzan una actitud seriamente posmodernista. Ah… una cosa más: escuchamos también a nuestra amiga Liliana Herrero, no en el Conrad sino en un local pequeño cerca de donde nos alojábamos. Interpretó cosas del Cuchi Leguizamon, imperdible.
Asi que nada. Esto fue la visita de Milagro y de quien esto escribe, al cálido y sugerente territorio uruguayo. Saludos a todos y gracias a los amigos de Tiempo Argentino por publicar estas también innecesarias líneas...

*Periodista y esposo de Milagro

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