lunes, 3 de enero de 2011
EL LIBRO IMPRESO CONTINUARÁ SEDUCIENDO EN 2011.
Barcelona, 3 ene (PL). La literatura impresa seguirá reinando en el favor de los lectores, más allá de los e-books y otros señuelos virtuales y de absurdos pronósticos que le auguran un futuro mortecino, una vida breve, de aliento escasísimo.
Prueba al canto lo constituyen las novedades editoriales que saldrán aquí a la palestra en el primer trimestre del recién estrenado 2011, un panorama en el que se juntan autores españoles, latinoamericanos y de otras latitudes, cuyas obras saldrán al encuentro de un público cautivo -parece que eternamente- en sus redes.
Los textos del blog que mantuvo casi hasta el fin de su vida el fallecido escritor portugués José Saramago irán a las librerías reunidos en un volumen de segura demanda , así como un libro inédito de Juan Ramón Jiménez y una sugestiva Caligrafía de los sueños, de Juan Marsé, "historia de desamor ambientada en la Barcelona de la posguerra".
Con su lenguaje retador y su narrativa quebrantadora, Los sinsabores del policía, una nueva novela póstuma del chileno Roberto Bolaño, compartirá anaqueles con La trilogía de la espera, de Antonio diBenedetto, tres novelas reunidas en un solo tomo (El Aleph).
Los autores españoles, como es de esperar, dominan en las propuestas. A los citados antes se unen Manuel Vincent y su biografía novelada de Jesús Aguirre; Angela Vallvey y El hombre del corazón negro; Cristina Fernández Cuba y Cosas que ya no existen; Julio Llamazares y sus relatos en Tanta pasión para nada; Manuel de Lope con Azul sobre azul, y Espido Freire con La flor del Norte.
A la nómina internacional se agregan los dos primeros volúmenes de la trilogía 1Q84, de Haruki Murakami; Por una buena causa, de Vasili Grossman, sobre la batalla de Stalingrado; la autobiográfica A la caza de la mujer, de James Ellroy; Cobra, de Frederick Forsyth, y La piedra pagana, de Nora Roberts una autora prolífica de best sellers con libros y 85 millones de ejemplares vendidos.
Los sellos editoriales, entre los que figuran Mondadori, Tusquets, Alfaguara y Planeta no suelen arriesgarse e incluyen siempre en su catálogo a los autores beneficiados por las grandes operaciones publicitarias y los mercados editoriales.
De ahí que en los proyectos no falten tampoco los socorridos policíacos, en general de muy disparejo rango pero resortes seguros de momentánea evasión en los tiempos que corren de crisis económicas, sociales y ecológicas que hacen estragos en el planeta.
Los lectores devotos se congratulan, además, por la sobrevivencia de esa literatura impresa, esa galaxia Gutemberg que tantas obras de arte ha cobijado, ese libro de páginas táctiles con un vago aroma de bosques, ese hilo mágico y secreto que va de las manos y ojos a lo profundo del alma humana.
Fuente: Prensa Latina.
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