jueves, 28 de octubre de 2010

NÉSTOR SIEMPRE.


Hoy, querido compañero, ante la decisión política mas difícil que has tomado, no tengo mas que dolor, tu espíritu revolucionario ha sido tan conmovedor, como lo es ahora tu ausencia.
Soy tu soldado compañero.
Recuerdo tu mano en alto agitándose divertida, indicando que siempre es para adelante. Recuerdo ese gesto juvenil del que algunos se burlaban. Los mismos que se reían de tu ojo enfermo, pero que envidiaban hondamente tu visión. Ese gesto cómplice cumpa, el que hacías con la mano desparramando el aire.
Era cierto nomás, tenías un problema con el corazón, era enorme.
Dejame flaco, voy a llorar todo el día, y mañana, como buen militante, trastocaré el dolor en bronca y saldré a la calle con tu nombre como bandera, como cada campaña, como siempre, como cada vez que levanté las banderas del peronismo y en esas banderas levantaba también tu nombre.
Sos de Perón, porque elegiste la revolución peronista, la que apuesta al tiempo y no a la sangre.
Sos de Perón porque fuiste amor y el peronismo es la doctrina del amor.
Sos de Perón, porque diste la vida por el peronismo.
Dejame cumpa darte una tranquilidad, la vida no la voy a dar por vos. Voy a gritar para que vos descanses en paz: “la vida por Cristina”. El movimiento va a cuidar a tu amor de toda la vida.
Los escucho flaco, y algunos te aman por lo que hiciste y otros te odian también por lo que hiciste.
Yo te amé y amo. Te amé y amo sin pudor. Como amo la causa, nuestra causa.
Y me pegué tu nombre en el pecho, y salí a gritar por vos, por las calles gorilas de Mar del Plata. En campaña y fuera de ella. No digas nada flaco, lo digo yo: “ha muerto un revolucionario, no la revolución”.
No digas nada flaco, lo voy a decir todo, lo voy a hacer todo, porque nuestro pueblo todo lo merece, porque Evita vive, porque Perón siempre vuelve, y porque vos Néstor vas a vivir en nuestros corazones, siempre.


Juan Manuel Rapacioli
Militante

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