sábado, 30 de octubre de 2010

LA MUERTE DE KIRCHNER Y EL NUEVO ESCENARIO POLÍTICO ARGENTINO.


Buenos Aires, 30 oct (PL). La conmoción e inconmensurable manifestación de duelo popular que siguieron al repentino fallecimiento esta semana del ex presidente Néstor Kirchner dejaron en claro que Argentina se abre hoy a un nuevo escenario político.
De ello dieron cuenta las incesantes muestras de agradecimiento al hombre que cambió definitivamente el rumbo de la nación a partir de 2003, y de apoyo a su esposa y mandataria, Cristina Fernández, ante quien se anticipan formidables retos.
Sin embargo, más allá de los miles de personas que de forma espontánea dieron el último adiós al líder del Partido Justicialista, llamó la atención a propios y foráneos la mayoritaria participación de jóvenes y adolescentes en las sentidas expresiones de dolor popular.
Semejante protagonismo es interpretado aquí como señal de un evidente cambio de actitud, gracias al cual parece haber quedado atrás el "que se vayan todos" (en relación con los políticos) que en 2001 estremecía a un país colapsado y en ruinas.
Argentina, apuntaba el politólogo Atilio Borón, se asoma a una nueva etapa signada por la larga sombra del ex presidente, el único con condiciones para contener "la compleja y turbulenta realidad del peronismo, cuyas pugnas internas en épocas pasadas sumieron al país en gravísimas crisis institucionales".
Este tal vez sea el más serio desafío con el cual tendrá que lidiar la Presidenta, agregaba antes de subrayar que el proceso de cambios en el país ya había comenzado, pero la muerte de Néstor Kirchner lo acelera y profundiza aún más.
En ese sentido, un editorial del diario Tiempo Argentino, publicado el jueves último, advertía sobre la voracidad de los grupos económicos y de poder mediático y sus abiertas pretensiones de obstaculizar la marcha.
Al hacerlo, reseñaba que aún cuando el cadáver de Kirchner estaba tibio en la Patagonia, el diario La Nación se apresuraba a sugerir que la Presidenta "tiene la oportunidad de modificar, rectificar, corregir, cambiar una serie de aspectos, estilos, orientaciones y políticas impuestas por su marido".
Son voraces. No hay duelo ni tiempo para el consuelo en sus reclamos. Hay exigencia, amenaza, ultimátum hacia la representante del gobierno de la democracia, escribía Tiempo Argentino antes de preguntarse si "¿Se puede adivinar lo que se viene detrás de estas amenazas públicas? ¿Estamos preparados?".
La inevitabilidad de las modificaciones en el escenario político nacional es, por supuesto, claramente percibida también en el llamado arco opositor.
El diputado nacional y jefe del bloque del Peronismo Federal, Felipe Solá, no dudó en afirmar que con la muerte de Kirchner todo cambia.
Ante un grupo de periodistas en la Casa Rosada, donde durante 26 horas fueron velados los restos mortales del ex dignatario, Solá fue tajante: "No me pregunten por qué, ni cómo; pero sí se modifican muchas cosas", aseveró.
Desde el Partido Justicialista (PJ), por su parte, advirtieron que tras el deceso de su líder las cosas seguirán funcionando como hasta ahora.
En lo formal, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien es vicepresidente, asume la conducción del partido; aunque la orientación política va a estar a cargo de Cristina Fernández, adelantó el apoderado del PJ, Jorge Landau.
El gobernador y la Presidenta van a trabajar en conjunto por el partido, sostuvo Landau y recordó que la decisión de ubicar a Scioli como vicepresidente de esa fuerza fue del propio Néstor Kirchner.
Para enfrentar los desafíos que se avizoran, Cristina Fernández llega con una baza a su favor: según un sondeo de Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), el 66 por ciento de la población la cree capaz de profundizar y mejorar la tarea, pese a no contar con Néstor.
De cara a las elecciones de 2011, no sólo se ratifica que tiene la mayor intención de voto, sino que se impone, por goleada, a cualquier otro candidato en un eventual "ballottage", reveló hoy el titular de la encuestadora, Enrique Zuleta.
Fuente: Prensa Latina.

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