miércoles, 10 de marzo de 2010
La infancia es clave para lograr la paz, dice Desmond Tutu.
El arzobispo sudafricano y Nobel de la Paz, afirma que la reconciliación también pasa por dar voz a los niños, las víctimas más vulnerables de los conflictos armados, cuya situación poco ha cambiado hasta la fecha.
En los últimos 20 años han continuado sin disminución alguna el uso y el abuso sistemáticos de los niños en los conflictos en curso en todo el mundo, según ha declarado el arzobispo Desmond Tutu.
Las graves y persistentes violaciones contra niñas y niños incluyen asesinatos, violaciones, agresiones, la esclavitud sexual y el reclutamiento forzado.
Al tomar la palabra en ocasión del lanzamiento de la publicación del UNICEF y la Universidad de Harvard titulada “Los niños y la justicia transitoria: Sinceridad, responsabilidad y reconciliación”, el Premio Nobel de la Paz ha afirmado que "hay que detener el ciclo aparentemente interminable de violencias y conflictos que convierte a los niños en instrumentos de guerra".
Si bien el hecho de juzgar a los culpables constituye un elemento esencial para garantizar la adjudicación de responsabilidades frente a tales crímenes, el arzobispo ha dicho que para tener éxito, toda transición de la guerra hacia la paz debe igualmente asegurar que se otorgue a los niños un lugar - y una voz - en la construcción de un futuro de concordia y estabilidad.
Por consiguiente, el ideal y la ambición de la justicia transicional consisten en permitir que las sociedades que se han visto desgarradas por conflictos y violencias se restablezcan, dando la posibilidad a todos los individuos - tanto a las víctimas como a los testigos y a los delincuentes - de narrar sus experiencias y llegar a un acuerdo sobre las medidas de justicia que guiarán su futuro.
"La muerte y el sufrimiento de niños en los períodos de conflicto e inestabilidad demuestran claramente que el mundo no ha cumplido su objetivo de dar prioridad a los derechos y al bienestar de la infancia," ha explicado el arzobispo Tutu.
"Los procesos de justicia transicional representan una oportunidad de recomponer la situación, y su éxito o su fracaso dependen en gran medida de cómo se consiga la participación de los niños," afirmó el arzobispo Tutu.
La publicación “Los niños y la justicia transitoria: Sinceridad, responsabilidad y reconciliación”, analiza experiencias prácticas a fin de determinar cómo se puede aplicar toda la gama de cortes internacionales, comisiones de la verdad y procesos tradicionales, tanto para mejorar el rendimiento de cuentas en caso de crímenes perpetrados contra los niños como para proteger los derechos de los niños involucrados.
La obra examina los métodos utilizados para lograr una participación infantil sana y significativa en las distintas circunstancias.
El libro deja asimismo en claro que para que una comisión de la verdad surta efectos duraderos, una vez concluida su labor la gente debe notar diferencias tangibles en su propia vida. Los niños han mencionado la educación, la enseñanza profesional y la reconstrucción de las escuelas como maneras eficaces de compensar los años perdidos.
Escrito por expertos en materia de derecho internacional y derechos humanos, “Los niños y la justicia transitoria: Sinceridad, responsabilidad y reconciliación” comprende análisis jurídicos y estudios de casos relacionados con la participación de los niños en las comisiones de la verdad de Sudáfrica, Sierra Leona y Liberia, además de enumerar una serie de esfuerzos realizados para usar las acciones judiciales y los procesos jurídicos con el fin de alcanzar una plena atribución de responsabilidades en el caso de crímenes cometidos por el Ejército de Resistencia del Señor en Uganda, como asimismo una reseña sobre las nuevas técnicas que emplean la identificación genética para la rendición de cuentas y la reunificación familiar de los niños desaparecidos en Argentina y El Salvador.
Los niños y la justicia transitoria: Sinceridad, responsabilidad y reconciliación demuestra que en las transiciones a continuación de un conflicto es imprescindible tomar en serio a los niños.
Fuente: corresponsaldepaz.org
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