domingo, 28 de marzo de 2010

Marcha por Estados Unidos.


por Pía Figueroa.

El pasado fin de semana, mientras el Congreso estadounidense aprobaba la histórica ley de asistencia sanitaria, más de 100.000 activistas jóvenes y ancianos, asiáticos y afro-americanos, latinos y caucásicos se reunieron en Washington, D.C., para dar origen a un nuevo movimiento de derechos civiles que demanda la reforma inmigratoria y más justicia económica ya.

Pressenza, Washington. De acuerdo con el sitio Web http://www.change.org y el Foro Nacional de Inmigración, este suceso fue uno de los encuentros de partidarios por los derechos de los inmigrantes más numerosos en la historia de los Estados Unidos. Se ha denominado La Marcha por Estados Unidos y desafía con ubicarse en el centro del debate que cuestiona si Estados Unidos continuará brindando a otros la oportunidad de alcanzar el Sueño Americano; el Sueño de la oportunidad y la libertad que ha motivado a generaciones de inmigrantes a lo largo de la historia a comenzar una vida nueva en Estados Unidos.
El domingo, antes de la marcha, el presidente Obama prometió hacer este año todo lo que esté en su poder para forjar un consenso bipartito en relación a la reforma inmigratoria. Pero la reforma puede demorarse.
Cada día sin la reforma inmigratoria, leyes inapropiadas deshacen familias. Cada día sin reforma, los inmigrantes quedan detenidos y son arrojados dentro de un sistema que no protege sus derechos a un procedimiento legal correcto. Cada día sin reforma, las empresas y los empleadores codiciosos explotan a aquellos que luchan por un trabajo. Y cada día sin reforma, un gran número de ciudadanos estadounidenses no pueden evitar desear que sus seres amados se conviertan en residentes legales.
La Marcha por Estados Unidos fue el recordatorio de la herencia colectiva de una nación de inmigrantes. Esa visión de Estados Unidos se ha perdido a causa de la intolerancia y del egoísmo necio y de corto plazo. Pero esta Marcha está ofreciendo la ocasión de volver a estas raíces históricas, por medio del reclamo de una reforma que pueda asegurar que todos los inmigrantes tienen las mismas oportunidades y libertades que Estados Unidos ha brindado a las generaciones de inmigrantes en el pasado.
La lucha por la reforma inmigratoria será difícil. Pero la lucha por la justicia social siempre lo es y por esto el movimiento de la reforma se está organizando y reclamando apoyo.

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