lunes, 15 de febrero de 2010

Los retos de la libre expresión para la década que inicia.


Las intromisiones y censura del Estado, la injerencia económica y política en los medios, así como la inseguridad de los periodistas y el silenciamiento de las minorías, son algunos de los obstáculos que enfrenta la prensa de nuestros días.

Los periodistas ugandeses fueron afectados recientemente por cargos de difamación penal a consecuencia de un artículo de opinión que criticaba al presidente de ese país africano: esta es sólo una de las varias tendencias importantes de infracciones a la prensa que los periodistas enfrentan en todo el mundo, dicen los relatores de la libre expresión.
Para marcar su décimo año de colaboración, los cuatro relatores de libre expresión emitieron la semana pasada una declaración conjunta que esboza los diez principales desafíos a la libre expresión en la próxima década.
La iniciativa fue organizada por ARTICLE 19 y el Centro para la Ley y la Democracia.
La declaración hizo hincapié en el papel crucial de la libertad de expresión, incluyendo la diversidad y el pluralismo, como una "herramienta esencial" para defender otros derechos y "como un elemento básico de la democracia".
También reconoce el tremendo poder de Internet como mecanismo para "Liberar el derecho a la libertad de expresión e información".
Un punto clave que presentaron los relatores es que las mujeres, minorías, refugiados, pueblos indígenas y minorías sexuales siguen luchando para hacer que sus voces se escuchen y por tener acceso a información que les de facultades.
La falta de representación de grupos marginados dentro del ambiente de medios y la cobertura insuficiente de los medios a cuestiones importantes para los grupos minoritarios son obstáculos para la libertad de expresión.
Otro tema de gran alcance es la interferencia del Estado en los medios. Esta influencia incluye la manipulación política de los medios públicos para que así se vuelvan voceros del Estado, requisitos de registro para los medios impresos o el acceso a Internet, y control gubernamental sobre licencias o regulación de emisoras.
La difamación penal sigue siendo un impedimento importante a la libertad de palabra, dicen los relatores.
Casi todos los países tienen leyes que hacen un delito de difamar, insultar o calumniar a alguien o a algo, y sólo unos 10 han despenalizado por completo la difamación.
Los relatores están preocupados por la "incapacidad de muchas leyes para exigir al demandante que demuestre los elementos clave del delito, como falsedad y malicia" y leyes que castigan declaraciones verdaderas, informes precisos o declaraciones de opinión. Los periodistas se enfrentan a estrictas sentencias de cárcel, pérdida de derechos civiles y multas excesivas a consecuencia de las leyes represivas.
Los relatores señalan además las presiones comerciales que dan forma a la capacidad de los medios de difundir información.
El aumento en la concentración de la propiedad de medios de comunicación puede tener un importante efecto en la diversidad del contenido. Además, la "fractura del mercado de publicidad" puede llevar a "medidas de reducción de costos como disminución del contenido local" y "un descenso en el periodismo de investigación".
La violencia contra periodistas es una amenaza constante, con "más asesinatos de periodistas con motivación política en 2009 que en ningún otro año en la última década".
Otros temas que cubrieron los relatores son: los límites al derecho a la información, el financiamiento público para emisoras públicas, el concepto de seguridad nacional distorsionado y usado para imponer restricciones a la libre expresión, bloqueo de sitios web y dominios web.
En el estudio, los especialistas señalan el hecho de que la mayoría de la población mundial no tiene acceso a Internet, con los pobres y los que están en las comunidades rurales remotas incapaces de acceder a información importante para sus vidas.
Los cuatro mandatarios especiales sobre libertad de expresión son Frank La Rue, relator especial de la ONU sobre libertad de opinión y expresión; Miklos Haraszti, representante de libertad de los medios de la Organización por la Seguridad y Cooperación en Europa; Catalina Botero, relatora especial de libertad de expresión para la Organización de Estados Americanos; y Pansy Tlakula, relatora especial de libertad de expresión y el acceso a la información para la Comisión Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos.
Fuente: corresponsaldepaz.org

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