sábado, 6 de febrero de 2010
España: en medio de la incentidumbre sobre la economía, Zapatero propone una reforma laboral.
El gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero aprobó ayer un proyecto de reforma laboral que se suma a otras iniciativas de importancia en materia económica, en un contexto en el que creció la incertidumbre sobre la economía española, que además continúa en recesión.
"Los trabajadores no van a perder derechos, ese es el objetivo del gobierno", aseguró Zapatero en conferencia de prensa tras reunirse en La Moncloa -sede del Ejecutivo- con los sindicatos y la patronal, a quienes presentó su proyecto de reforma laboral.
España es la única gran economía de la UE que continúa en recesión, tras registrar una caída del PIB de un 0,1% en el último trimestre de 2009, según estimaciones del Banco de España, que calcula una retroceso anual del 3,6%, respecto a 2008.
En este contexto, Zapatero subrayó que España está "en el umbral de la recuperación económica" y que la reforma laboral permitirá "aprovechar el crecimiento que se irá afianzando en 2010" para "recuperar el empleo".
El gobierno español pretende "fomentar la creación de empleo, empleos más estables, y contribuir a una economía más productiva y sostenible", añadió el jefe del Ejecutivo.
Entre los puntos básicos del proyecto, Zapatero destacó la "lucha contra el trabajo temporal", el "fomento del empleo juvenil", y "la flexibilidad interna de las empresas", una "revisión de las bonificaciones a la contratación" y una apuesta por la "reducción de la jornada laboral".
"No va a haber una pérdida de derechos en lo que afecta al abaratamiento de la indemnización por despido", garantizó el presidente español, cuyo proyecto marca líneas de actuación abiertas al debate.
Zapatero explicó que tampoco hay nuevas figuras contractuales pero "sí una utilización más eficaz de las actuales para facilitar el empleo".
En ese sentido, el gobierno español plantea la posibilidad de "extender" una modalidad ya existente de contrato con un despido más barato de 33 días -en lugar de 45- a los jóvenes y desocupados de larga duración.
Otra de las propuestas de Zapatero es crear un plan de contratación para los jóvenes con menor formación, que son los que más dificultades tienen para acceder al mercado de trabajo.
También incluye una propuesta sobre el uso de la jornada laboral reducida del modelo alemán o "Kurzabeit", que contempla que el Estado cubra el 60% que dejan de percibir los empleados en las horas no trabajadas (67% si tienen hijos) y les permite tener otros trabajos, además de pagar parte de las cotizaciones sociales de la empresa.
Tras conocer el proyecto, el Secretario General de UGT (Unión General de Trabajadores), Cándido Méndez, afirmó que "el giro brusco que el gobierno está dando en materia de pensiones no se produce con la propuesta de reforma del mercado laboral", por lo que considera que es un "buen punto de partida".
Desde Comisiones Obreras (CC.OO), Ignacio Fernández Toxo, tuvo una percepción similar, al tiempo que señaló que en el texto no encontró "ninguna nueva modalidad de contratación ni abaratamiento del coste del despido".
Por su parte, el presidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), Gerardo Díaz Ferrán, dijo que la reforma del gobierno es "positiva" y que "va en la buena dirección".
Tanto los sindicatos como la patronal española expresaron su voluntad de llegar en los próximos días a un acuerdo en materia salarial para los próximos tres años, algo que Zapatero consideró fundamental en la actual coyuntura y de cara a consolidar la recuperación económica.
El anuncio de este viernes se suma a una serie de reformas económicas presentadas en las últimas semanas, como la del sistema de pensiones -que pretende elevar de 65 a 76 años la edad jubilatoria- y el plan de austeridad, que busca recortar el gasto público en 50 mil millones de euros en los próximos tres años.
Las reformas coinciden además con un momento de incertidumbre en el mercado financiero después de que expertos internacionales sembraran dudas sobre la sostenibilidad de las finanzas publicas del país y la capacidad de la economía española para superar la crisis debido a sus problemas estructurales, que equipararon a los de Grecia y Portugal.
Los inversores trasladaron estas dudas a la Bolsa española, que vivió un "jueves negro", al sufrir su mayor caída (-5,94%) desde octubre de 2008, aunque este viernes redujo el rojo y cerró con una caída de -1,35%, una de las más bajas de la Unión Europea (UE).
"El sistema financiero español es de lo más fuertes del mundo", remarcó Zapatero, al tiempo que defendió sus propuesta de reforma laboral como una repuesta a las necesidades de los ciudadanos y no a las presiones del mercado.
Fuente: agencia Télam.
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