viernes, 5 de noviembre de 2010
¿CREER EN EL PASADO O PENSAR EN EL FUTURO?
Luis Felipe García.
Pressenza, Santiago, Chile. Desde hace ya un buen tiempo que, al menos entre los que pensamos acerca de nuestra condición humana y sus opciones, se ha instalado la convicción de que asistimos a la muerte de un ciclo civilizatorio.
A muchos se nos sale, al pensarlo, un ¡Enhorabuena!, manifestación aún tímida del contento que nos genera el constatar que a esta cultura que ha derivado tan mal, le queda poca vida.
Numerosos analistas de todos los campos se dedican a tratar de responder por las causas del fracaso y, muchos más todavía se afanan por encontrar técnicas resucitatorias, sin entender, ni mínimamente, la dinámica cíclica de la historia o aquella Ley universal que prescribe la inexorable superación de lo viejo por lo nuevo.
Hasta el Parque de Estudio y Reflexión Los Manantiales llegamos, el sábado 30 y el domingo 31, unos cuantos de los primeros, empujados por la convicción de que el mundo ya cambió y de que un nuevo horizonte se devela ante nuestra mirada, horizonte cuyo perfil aún se presenta difuso como para llegar a comprender el rostro que tendrá este nuevo día para la humanidad. Nuestra inquietud es un acto lanzado hacia el futuro ¿cómo será ese nuevo día?, ¿cómo queremos que sea?
Respondíamos a la invitación del Centro Mundial de Estudios Humanistas que celebraba su Segundo Simposio Mundial para debatir los Fundamentos de la Nueva Civilización. Esta vez, se trataba de un evento internacional, a desarrollarse simultáneamente en distintos Parques de Estudio y Reflexión en tres continentes. En Chile, al Parque Los Manantiales, ubicado al norte de Santiago, nos dirigimos quienes creemos que ese nuevo mundo será tal como lo construyamos. Y que está en nuestras manos, las de todos los seres humanos de este planeta, el que los signos de esa nueva civilización sean los más altos valores humanos: resolución de conflictos por medios no-violentos; ausencia de discriminación por causas físicas, económicas o culturales; ausencia de violencia física, económica, racial, religiosa, de género...; libertad de ideas y creencias; un pensar capaz de observar procesos históricos y relaciones intersubjetivas e interculturales; un ecosistema que sea aprovechable para la vida y no para el consumo desenfrenado de una minoría; una espiritualidad fundamentada en la experiencia profunda de lo humano. En síntesis, una civilización que ponga al ser humano como máximo valor.
Este Simposio, el segundo que organiza el Centro Mundial, se lleva a cabo en un momento histórico particular, en uno de esos momentos que llamamos humanistas, momentos que, en distintas épocas y culturas de la historia humana han sido como ventanas que miran al futuro y en los cuales las ciencias y el conocimiento se han abierto paso y se ha avanzado en la superación del dolor y el sufrimiento.
Es, entonces, el momento de elegir y de crear, el momento de poner nuestras mejores aspiraciones y energías en construir esa civilización tantas veces deseada en lo más profundo: la Nación Humana Universal.
El programa daba cuenta de unos 20 panelistas, algunos extranjeros, quienes nos compartirían sus reflexiones y experiencias acerca de tales Fundamentos durante dos días.
Una conferencia introductoria de Fulvio de Vita, italiano, coordinador mundial del Centro Mundial de Estudios Humanistas, nos ayudó a recorrer las distintas miradas que se han tenido sobre el ser humano y nos llevó a meditar sobre ese humano de mañana que nos convocaba.
Y luego comenzaron a desplegarse ante nosotros las visiones que, desde distintos aspectos del quehacer humano, se tienen del futuro que ya está actuando pero que no lo alcanzamos a apresar en su cabalidad.
María Elena Santander, Ingeniera y Directora del Centro de Innovación y Transferencia Tecnológica INNOVO de la USACH, nos hizo pensar en cierta leyenda que decía: ”y el Creador hizo al hombre a imagen suya, pero lo dejó sin terminar a fin de que se desarrollara armónicamente, de acuerdo al proceso de la naturaleza sobre la cual lo había colocado para dirigirla.” La expositora nos condujo a advertir como es que hoy la tecnología no necesariamente se desarrolla a imagen y bienestar de su creador y que ello es uno de los desafíos a enfrentar para la nueva civilización.
Enseguida Hugo BARONTI, quien, además de artista visual es Investigador independiente del Ciberespacio, Consultor en Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación y Director del Diplomado en Tecnología Web de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, nos sorprendió con datos concretos acerca del estado actual de la multiconectividad a través de redes y sistemas informáticos. ¡Mil millones de aparatos conectados en el planeta! ¿Será parte de las condiciones necesarias para que el ser humano experimente un salto evolutivo? La hermosa e inquietante imagen de una gran red cubriendo el planeta que nos exhibió, resultaba provocante…
Si por una parte Emilio Castro, Ingeniero Civil Industrial de la Universidad de Santiago, Técnico en Gestión de Empresas de la Universidad Tecnológica de Chile e Investigador Asociado del Centro de Estudios Humanistas CEHUM – Alétheia, nos demostró que no habrá tecnología humanizadora ni hoy ni mañana, si el ser humano olvida la Regla de Oro de tratar a los demás como se quiere ser tratado en las relaciones sociales y laborales cotidianas; Pedro Narvarte, Ingeniero Civil Industrial, Magíster en Ciencias de la Ingeniería, Doctor en Administración y Dirección de Empresas y Profesor a tiempo completo en el Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Santiago de Chile, se explayó acerca del absurdo de cómo la economía ha adquirido el rango de religión en la actualidad, permitiéndonos comprender por qué en los Malls -versiones modernas de cualquier plaza de mercado a lo largo de la historia- no existen capillas ni altares, edificios ya inútiles para una cultura materialista que ha terminado por creer en ”El Mercado” como única religión.
Para corregir esta y otras suplantaciones de identidad y de valores de una etapa histórica ya agonizante, Patricio Reyes, quien es Licenciado en Filosofía, Magíster en Ciencia Política, docente en las Universidades Andrés Bello, Diego Portales, EACC, UNIACC, Central, ARCIS, de Los Lagos y de Valparaíso y co-fundador del Centro de Estudios Humanista ANoVio, trajo a colación una de las premisas anarquistas, de aquellos que valoran más lo ético que lo práctico o funcional: Desmitificar –incluyendo todo lo existente- para poder imaginar con libertad un mundo nuevo…
¿Se reintegrará a la mujer a la sociedad, en plena potestad como otrora, en una nueva civilización? ¿Dejarán de ser las otras, para los otros… para simplemente cumplir un rol distinto, según habilidades específicas de cada género?
¿Cuáles serán las leyes, el grado de adhesión y respeto de ellas, en el futuro que queremos?
¿Educaremos a nuestros hijos para sumarlos a una estúpida cadena de producción y consumo o les daremos las herramientas y el conocimiento que los encamine hacía lo profundo, hacia lo sagradamente humano?
Dos jornadas completas dedicadas a comprender y a imaginar el rostro del futuro que nos dejaron estas y cientos de otras interrogantes actuando, cual levaduras que fermentarán en nuestras mentes dando sentido y dirección a cada acción cotidiana. Esto que hago hoy: ¿se inspira en una sociedad que camina hacia la muerte o es un paso hacia el futuro?
María Teresa Pozzoli, Socióloga, Magíster en Ciencias de la Educación de la Universidad Paris XII, Doctora en Ciencias del Desarrollo Sustentable, Docente Universidad Academia de Humanismo Cristiano y de la Universidad Cardenal Silva Henríquez en el Magíster de Ciencias de la Educación y Miembro de la Cátedra UNESCO de Educación en Derechos Humanos, trazó una hermosa visión del ser humano como la de un loco que erra, no sólo por territorios físicos sino también mentales, en busca de un significado para su vida.
El espíritu libertario del Humanismo Universalista, la aspiración de un mundo sin violencia, el trato amable y afectuoso de quienes ya se sienten parte de la nueva Nación Humana Universal, se agregaron al sol radiante que compartimos durante este Simposio que, además, nos deja un legado de reflexiones plasmadas en documentos cuya utilidad será la de servir de Fundamentos para la Nueva Civilización.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario