sábado, 27 de noviembre de 2010
DOS ARGENTINAS VIAJAN POR LATINOAMÉRICA CON “CINE A LA INTEMPERIE”.
Las argentinas Griselda Moreno y Viviana García son las creadoras de "Cine a la intemperie", un proyecto de cine itinerante que las llevó a recorrer los lugares más recónditos de América Latina para mostrar películas de ficción y documentales "con el objetivo de acercar cine argentino y de toda la región a aquellos latinoamericanos que no tienen acceso a una sala o a un televisor".
"Nuestros destinatarios son principalmente campesinos y gente que vive en pequeños pueblos solitarios, pero nos dimos cuenta que incluso mucha gente no puede ver cine ni siquiera en los barrios marginales de las grandes capitales. Y por eso, el objetivo es llevar películas a toda la gente que no tiene acceso a ellas", explicó Moreno en diálogo con Télam.
Uno de los frutos de este viaje fue la organización del Primer Encuentro Latinoamericano de Cines Móviles, que integra 13 proyectos de Latinoamérica y Holanda y tuvo su primera reunión en septiembre pasado en la ciudad mexicana de Puebla, en el marco del primer Festival Internacional de Cine Puebla.
Desde hace más de dos años, Moreno (comunicadora, periodista y fotógrafa) y García (cineasta, productora y fotógrafa) viven esta aventura de cine móvil con la que recorrieron todo el continente en camioneta -desde la Argentina hasta México- difundiendo en cada pueblo y ciudad por la que pasan filmes de ficción y documentales muy pocos vistos en la región.
"Nuestro primer viaje comenzó en junio de 2008 y partimos desde la ciudad universitaria de la provincia de Córdoba. Salimos en una camioneta Estanciera 1961 que sólo llegó hasta Uyuni, en Bolivia, y por problemas mecánicos debimos dejarla y conseguir otro vehículo en La Paz", recordó Moreno, cuya primera proyección fue en la escuela de Belem, un pueblo de Catamarca donde asistieron unas 100 personas.
A la vez, estas dos jóvenes aventureras están escribiendo un libro y filmando un documental sobre sus propias experiencias mientras recorren toda América latina y Cuba, conocen a los pobladores de cada lugar donde llegan y proyectan "el cine latinoamericano que no se veía en ningún lado. Para nosotras -dijo Moreno- donde el cine está guardado u olvidado dentro de un cajón, hay que desempolvarlo y exponerlo".
"Al principio, la idea era exhibir cine argentino en toda Latinomérica, pero cuando ya estábamos en viaje esa idea cambió y nos propusimos ser un cine móvil con filmes de todos los países latinoamericanos", señaló la joven, quien está a punto de iniciar un nuevo viaje junto a su compañera, primero por Paraguay y Bolivia, para regresar luego al país y recorrer diversas provincias argentinas.
"Lo que nos impulsó fue la necesidad de sacar a la luz un cine documental que estaba escondido y mostrarlo a gente que no podía verlo. Muchos no pueden ver cine porque no tienen dinero para pagar una entrada, porque no hay cines cercanos o incluso porque ellos creen que no son dignos para entrar a un cine, aunque tengan el dinero para hacerlo. Hay marginación y automarginación", advirtió.
Por eso, según Moreno, "nuestra idea -describió- es que el cine que proyectamos sea para todo público, en el sentido de que todos puedan acceder a él. Nuestro objetivo es crear un puente democrático entre los cineastas y el público entero".
"El criterio es que las películas hablen de una problemática social amplia, que puedan generar cambios y movilicen a la gente a participar y a actuar dentro de sus comunidades. También nos interesa su calidad estética narrativa, pero lo principal es su contenido social y polítco y sus posibilidades de conmover y generar cambios en la gente", indicó la joven.
Las jóvenes, que ya tienen más de 400 películas en su catálogo, que fueron recolectando en cada uno de los países por donde pasaron, convocan a sus espectadores "a través de las campanas de las iglesias, pegando afiches en las despensas, yendo de puerta en puerta, visitando radios comunitarias y anunciando las proyecciones por los altavoces de las escuelas".
Declarado de interés cultural por varias provincias argentinas y con el aval institucional de reconocidas instituciones (entre ellas distintos Institutos Nacionales de Cultura), Cine a la Intemperie recorrió 40.000 kilómetros y ya pasó por Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, México, Cuba, Venezuela, Brasil y Uruguay.
"En algunas ocaciones la gente no puede creer que alguien venga a visitarlos a sus pueblos, y menos que seamos dos mujeres solas en un carro. Muchos niños se asombran ante la imagen, no saben de dónde sale esa luz que se proyecta. Mucha gente que nunca ha visto una película, por lo que siempre hay mucha sorpresa y curiosidad", señaló Moreno.
¿Pero cuál es el beneficio que ellas reciben con todo esto? "Nos llevamos muchísima humanidad y nos vamos enriquecidas de todos ellos. Esto ha sido este larguísimo viaje que ahora continuaremos: un largo y profundo aprendizaje del ser humano latinoamericano", respondió la joven.
Y añadió: "Llevamos la magia del cine a estos lugares y absorvermos una realidad que sabemos que existe. Este viaje nos permitió saber que hay un mundo totalmente solidario y bondadoso, que todavía hay mucha gente solidaria en el mundo, y nuestro proyecto no sería posible si no fuera por eso".
Como parte de su financiamiento, Moreno y García abrieron un espacio en su camioneta para aquellos aventureros que quieran acompañarlas por algunos días, para lo cual los interesados pueden visitar la página web www.cinealaintemperie.com.ar o contactarse directamente a la dirección de mail cinealaintemperie@gmail.com
Fuente: agencia Télam.
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