jueves, 8 de octubre de 2009

Los filipinos ofrecen a la Marcha Mundial el mayor símbolo humano de la paz que jamás se haya realizado.


por Isabelle Bourgeois.

Sin duda alguna, la Marcha Mundial por la Paz llegó a un punto culminante en emoción e intensidad el 7 de octubre por la mañana. A los miembros del Equipo base se les invitó a presenciar, desde un lugar en alto, el mayor símbolo humano de la paz jamás habido, efectuado a la perfección por más de 12.000 alumnos de las escuelas de la ciudad de Lucena, en el sur de Filipinas.

Pressenza, Manila. Procy Alcalá, miembro del Congreso que representa al segundo distrito de la provincia de Quezón, y Carmen Alcalá, encargada de una granja biodinámica en Lucena, tuvieron una función decisiva en el éxito excepcional de esta demostración, hasta ahora sin igual.
El acontecimiento estuvo a punto de ser anulado debido a las catástrofes naturales que han azotado al país durante las últimas semanas; pero los organizadores lograron arrostrar la fatalidad para hacer de este día un recuerdo inolvidable para el Equipo base, para los filipinos mismos, y para el mundo entero.
Desde hace una semana, más de 12.000 alumnos de entre 10 y 15 años de edad estuvieron practicando la formación del símbolo gigante en el interior del estadio olímpico de Lucena. Maravillado por la proeza y la belleza del evento, que fue acompañado por música y gritos de los niños mientras agitaban alegremente sus miles de bandas color naranja, el público —formado por ONG comprometidas con la paz y los derechos de la mujer, por los miembros del Equipo base de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, y por personalidades políticas, así como la rama regional de la Cruz Roja, grupos culturales y artistas— no pudo contener las lágrimas.
Profundamente emocionados, los miembros del Equipo base tomaron la palabra para agradecer, uno por uno, la organización de esa fecha histórica y la movilización de tantos jóvenes. “Ustedes son el mundo del mañana, y en este momento nosotros sentimos cada uno de sus corazones latiendo en favor de este valor universal que todos compartimos, la paz”, comentó uno de ellos. “Ustedes nos acaban de demostrar que es posible crear un mundo nuevo si unimos unas con otras miles de buenas voluntades, ¡desde los 7 hasta los 77 años!”

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