Brasil tiene un profundo aprecio por el multilateralismo, y esta premisa lo lleva a buscar una nueva
gobernanza global que garantice, de hecho, el respeto a los valores que de ella se derivan, dijo la presidenta Dilma
Rousseff en evento recientemente efectuado en
el Ministerio de Relaciones Exteriores.
"El pleno ejercicio de estos valores tan caros a
nuestra política exterior y tan necesarios para el multilateralismo, se ven
frenados por la debilidad de las Naciones Unidas, justamente ahora cuando celebramos
el 70 aniversario de su creación", lamentó el presidente.
Señaló que el mundo de hoy es muy diferente al de 1945,
cuando se creó la ONU [Naciones Unidas] y su Consejo de Seguridad, éste fue
encargado de cuidar de la paz y la seguridad colectiva. "La nueva
correlación de fuerzas internacional, radicalmente diferente de hace siete
décadas, requiere una ampliación del Consejo y del número de sus miembros
permanentes."
Sólo así, piensa la presidenta, el importante organismo
internacional reflejará el actual mundo
real y por lo tanto tendrá la eficacia que hoy está perdiendo. "Los
graves fenómenos de violencia sectaria, el terrorismo, la
acción de Estados al margen del derecho internacional, el drama creciente de
los refugiados, el descontrol de epidemias,
la amenaza de las armas de destrucción masiva y las nuevas formas de
delincuencia internacional requieren una reforma ONU como una exigencia
inaplazable". "Esta reforma del sistema multilateral también debe
extenderse a los organismos económicos y financieros surgido en Bretton Woods
[como el FMI - Fondo Monetario Internacional - y el Banco Mundial]",
advirtió.
Cop21
Dilma también destacó que en diciembre de este año,
Brasil llegará la Conferencia de París sobre el Cambio Climático, la COP21, organizada
por la ONU, con una ambiciosa propuesta para el desarrollo sostenible. La
propuesta prevé la continuación de la reducción de la deforestación y de las
emisiones de gases de efecto invernadero en el país, en las más diversas áreas:
energética, industrial, agrícola, de línea
de una mayor diversificación de las fuentes generadoras de energía, en
particular las energías renovables.
Señaló, además, que Brasil tenía el liderazgo para
proponer el objetivo de reducción voluntaria del 36% de gases de efecto
invernadero. Pero que "tenemos conciencia de que el principio de
responsabilidades comunes, pero diferenciadas, preserva y hace justicia al
hecho de que los países en desarrollo, emergentes, han comenzado tardíamente su
desarrollo."
También señaló los importantes avances logrados en la
Conferencia Río + 20, en 2012 en Brasil. "Sin lugar a dudas, la reunión
más importante realizada por Naciones Unidas, [cuando] nosotros definimos la
necesidad del establecimiento de Objetivos de Desarrollo Sostenible, los ODS."
Desde entonces, concluyó la presidenta, el tema de la
sostenibilidad comenzó a articular el crecimiento económico, la preservación
del medio ambiente y las políticas de inclusión social, "Sintetizadas en
el lema de Río + 20, es posible, sin duda, crecer, incluir, conservar y proteger”.
Fuente: Adital
martes, 18 de agosto de 2015
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